Con 63 años y una trayectoria criminal que lo ha mantenido casi tres décadas tras las rejas, Héctor “El Güero” Palma Salazar se encuentra a un paso de salir de prisión.
Fue el pasado 27 de abril cuando Infobae México reportó que Jueces de un Tribunal Colegiado en Materia Penal aprobaron por unanimidad un amparo interpuesto por la defensa del nacotraficante sinalonese que, además, fue un socio fundador del Cártel de Sinaloa, una de las organizaciones criminales más poderosas y peligrosas que opera en el país azteca.
Si bien el compadre de Joaquín “El Chapo” Guzmán podría recuperar su libertad en los próximos meses, su salida del Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) No. 1 de Almoloya de Juárez ha vuelto a avivar algunos crudos episodios de los cuales tanto él como su familia fueron protagonistas y que se convirtieron en una de las historias más brutales que ha dejado el narcotráfico en México.
El declive del Cártel de Guadalajara -encabezado por Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca- supuso un parteaguas tanto para Héctor “El Güero” Palma Salazar como para Joaquín “El Chapo” Guzmán, quienes hacia finales de los ochenta se encumbraban a pasos agigantados hacia el liderazgo del narcotráfico en México con el Cártel de Sinaloa.
De ojos azules y cabello rubio, Héctor Palma Salazar fue acusado de quedarse con un cargamento de droga perteneciente a Miguel Ángel Félix Gallardo, lo que desató rencillas entre los remanentes y socios del Cártel de Guadalajara y el recién creado Cártel de Sinaloa.
Conocido también como el Jefe de Jefes, Félix Gallardo era familiar de miembros de otra organización criminal que operaba en el norte de México, específicamente en la ciudad fronteriza de Tijuana en donde coordinaban el trasiego de drogas por la frontera: los Arellano Félix.
Fue así como por órdenes del también llamado Cártel de Tijuana, un sicario venezolano llamado Rafael Clavel se infiltró en el círculo cercano de Héctor “El Güero” Palma Salazar con un macabro objetivo.
Mientras Palma Salazar viajaba por todas las rutas controladas por él y el Cártel de Sinaloa, el venezolano se acercó poco a poco a la Guadalupe Lejía -esposa de El Güero- a quién logró enamorar y convencerla de abandonar a su marido.
En cuestión de días, Rafael Clavel cumplió las órdenes de los Arellano Félix y asesinó brutalmente a Guadalupe Mejía, no obstante, su crimen se concretó enviándole a Héctor “El Güero” Palma Salazar la cabeza de su amada.
Una semana después el sicario venezolano le hizo llegar al cofundador del Cártel de Sinaloa un video en el que se mostraba como lanzó a los dos hijos del matrimonio -Nataly de cuatro años y Héctor de cinco años- desde un puente de más de 150 metros de altura en Venezuela.
La furia de “El Güero” Palma y su atroz venganza
Aquel pacto entre miembros del crimen organizado sobre “respetar” a sus familias e hijos se rompió en la historia de Héctor “El Güero” Palma Salazar. Y es que, tras el asesinato de su esposa e hijos, la furia del capo sinaloense se desató y respondió con una afrenta igual de salvaje que la que los Arellano Félix ordenaron en su contra.
En cuestión de días, el sicario venezolano fue asesinado por órdenes de Palma Salazar, pero la venganza de El Güero no paró ahí puesto que también fueron ejecutados los tres hijos de Rafael Clavel, así como otros tres de sus cómplices que también eran originarios del país sudamericano.
Los cuerpos de sus aliados fueron hallados desmembrados en una cuneta, y a la lista de asesinatos para vengar la muerte de su esposa e hijos también se sumó el del abogado del Cártel de Tijuana y cuatro familiares de los Arellano Félix.
La atroz venganza de Héctor “El Güero” Palma se llevó a cabo a lo largo de al menos cinco años y hasta la fecha se desconoce si la deuda de los Arellano Félix con él ha sido completamente saldada o si, por el contrario, su posible salida de El Altiplano supondrá una continuación de sus represalias.