Recuerdo de niña haber escuchado discutir a mis papás en varias ocasiones sobre ¿en qué se había gastado el dinero? Mi papá, principal fuente de recursos de la familia, decía haber repasado mentalmente todos los pagos a realizar en el periodo y mi mamá argumentar que si ya no estaba en su cartera era porque en algo se había gastado ese dinero, pero no recordaban en qué. Al final, había que pagar lo faltante y la incógnita de dónde quedo el dinero se mantuvo siempre.
Por lo general, contamos con una o más fuentes de ingreso y múltiples fuentes de egreso pero generalmente se lleva registro mental de a qué se destinarán los recursos. ¿Cuántas personas o familias, llevan claramente la cuenta del dinero que “entra” y “sale”?, la respuesta generalmente es: ninguna o muy pocas; mi historia familiar es de lo más común en todo el mundo aún sabiendo que el primer paso para mantener las finanzas personales sanas es elaborando un presupuesto.
Más de una ocasión he escuchado decir a las personas que llevar “el detalle de las cuentas” es un verdadero dolor de cabeza, una pérdida de tiempo y algo completamente innecesario. Confío que al término de esta lectura todos estén convencidos de la relevancia de hacer un presupuesto y lo simple que es.
Planear la economía familiar por medio de un presupuesto es siempre muy importante pero especialmente cuando la situación económica no es de lo más favorable. El presupuesto es una herramienta de planeación que permite saber las fuentes de ingresos y a qué se destinan los recursos, su objetivo es hacer rendir mejor el dinero y evitar gastos innecesarios.
El presupuesto es un plan detallado, al que nos deberemos apegar lo más posible si se desean mantener sanas las finanzas del hogar, su fin es garantizar la sustentabilidad, es decir, un equilibrio entre ingresos y egresos. La diferencia (resta) entre ingresos y egresos nunca puede ser menor a cero.
¿Cómo empiezo?
Lo primero es ¡decidirse a hacerlo!
Definir una ventana de tiempo, se recomienda que esta sea anual.
Después es necesario considerar todos los ingresos de la persona o la familia y su periodicidad, es decir los tiempos en que se reciben: semanal, quincenal, mensual, semestral e incluso anual. Ya que son todas las entradas de dinero que se recibirán en el periodo que se definió para el presupuesto. Algunos ejemplos de ingreso son: Suelos o salarios, bonos, aguinaldo, premios en efectivo, fondo de ahorro, entre otros.
Por último, es necesario considerar todas las salidas de dinero, los gastos. Es importante contabilizar todos por pequeños que estos sean y que su monto sea lo más apegado a la realidad. Es indiscutiblemente el rubro más complicado de detallar y el que más tiempo conlleva, pero a mayor detalle, mayor precisión y por lo tanto mejor control de nuestras finanzas personales.
Algunos ejemplos de egresos son: colegiaturas, supermercado y alimentos, doctores y medicinas, pagos de seguros, renta o hipoteca, transporte, teléfono celular y/o fijo, luz, agua, gas, internet, pagos tarjeta de crédito, gimnasio, diversión, viajes, regalos, hábitos como café, tabaco y muchos más.
La resta de ingresos menos gastos debe ser idealmente, mayor a cero indicando que se tiene capacidad de ahorro. Esos recursos deberán etiquetarse con un objetivo de ahorro específico: imprevistos, cambio de auto, vejez, etc y buscar un instrumento de inversión donde depositar el “guardadito”.
En el desafortunado caso de que la diferencia resultara negativa, será necesario ajustar el presupuesto, cosa nada sencilla, buscando nuevas fuentes de ingreso, reubicando, eliminando o postergando gastos, hacer uso del “guardadito” o bien, buscar un crédito.
Solicitar un crédito tiene sus implicaciones y riesgos que se trataran en otro momento.
Por último, no olvidar hacer seguimiento del presupuesto cada periodo, deberá ser una herramienta dinámica integrada a nuestra vida y registrar en ella cualquier cambio en los ingresos o gastos; el no hacerlo la vuelve obsoleta e inútil y pierde toda funcionalidad.
¿Dónde se hace?
Puede llevarse a cabo en una libreta destinada a ello o bien, con el fácil acceso a la tecnología en cualquier hoja de cálculo. Incluso hay aplicaciones disponibles para recursos móviles que te permiten tener tu presupuesto en la palma de tu mano. Sea cual sea la herramienta de tu elección es importante que inicies a realizarlo y monitorearlo lo antes posible. Con el tiempo notarás el cambio positivo en tu economía y sentarás un excelente ejemplo para las futuras generaciones.
Ventajas de elaborar un presupuesto:
• Conocer la manera en que se emplean los recursos
• Evitar compras innecesarias
• Ahorrar
• Tomar decisiones con más y mejor información.
• Invertir.