“Las pandillas proporcionan apoyo a las operaciones de contrabando de personas y drogas de cárteles hacia Texas y toda la nación”, advierte en sus primeras páginas el reporte Gang Threat Assessment publicado en noviembre de 2018 por el estado que gobierna el republicano Greg Abbot.
Y es que, aunque los vínculos entre cárteles mexicanos y las pandillas estadounidenses no son nuevos, la relación que han mantenido ha ido evolucionando y expandiéndose geográficamente desde el año 2006 cuando el expresidente Felipe Calderón impulsó como estrategia de seguridad en México una sangrienta Guerra contra el Narcotráfico.
Tan solo en 2012, agencias federales de seguridad de Estados Unidos identificaron operaciones de cárteles mexicanos en al menos 22 ciudades y en casi todos los condados de California, estado en el que, de acuerdo con información de su Fiscalía General, se encontraron 18 pandillas callejeras y carcelarias vinculadas a organizaciones de narcotraficantes mexicanos.
El reporte Texas Gang Threat Assessment consultado por Infobae México detalló que los cárteles mexicanos utilizan a miembros de pandillas estadounidenses para adquirir y trasladar armas y dinero a México, así como para cometer crímenes violentos en ambos lados de la frontera.
“Dadas las conexiones arraigadas entre pandillas y cárteles para la distribución de drogas, nos preocupa el papel que podrían jugar las pandillas en el tráfico de fentanilo, contribuyendo a la epidemia nacional de opioides”, se lee en el documento emitido en 2018 por el Departamento de Seguridad Pública de Texas.
Por su parte, la Fiscalía General de California informó que, a cambio, las pandillas pueden comprar drogas a los cárteles en grandes cantidades para enviárselas a sus intermediarios y recibir hasta un 50% de descuento. Algunos miembros de dichos grupos delictivos estadounidenses incluso se han desempeñado como sicarios.
La Familia Michoacana y las pandillas de EEUU
Un ejemplo de los vínculos que han establecido los cárteles mexicanos con pandillas que operan en Estados Unidos fue citado en un informe del estado de California que habla de un acuerdo conocido como “El Proyecto” en el cual están involucrados la Familia Michoacana y la Mexican Mafia, conocida mejor como “La M” o “EmE”.
Información difundida por Insight Crime apunta a que, como parte del convenio, la EmE protegía los envíos y las ventas de metanfetamina de la Familia Michoacana además de que cobraba deudas, brindaba protección a sus miembros encarcelados e impedía que otros criminales trataran de reducir las ganancias. A cambio, la pandilla estadounidense recibió USD 500 mil, un porcentaje de ingresos y un descuento en la compra de drogas.
Como en el negocio del narcotráfico hay socios pero no amigos, en California la Familia Michoacana ha trabajado también con la banda rival de la EmE, conocidos como “Nuestra Familia”. Asimismo, la organización criminal que actualmente encabezan los hermanos Hurtado Olascoaga también ha sido señalada de trabajar con pandillas afroamericanas como los Bloods y los Crips.
Por irónico o contradictorio que pareciera, la Familia Michoacana también ha establecido relaciones con la pandilla carcelaria de supremacía blanca: La Hermandad Aria. Del mismo modo, algunos miembros de pandillas transnacionales como la Mara Salvatrucha (MS13) y Barrio 18 -las cuales operan en el estado de California- también parecen haberse involucrado con cárteles mexicanos.
El reporte Texas Gang Threat Assessment destacó que los enfrentamientos entre pandillas no impiden a grupos rivales trabajar con el mismo cártel, de hecho, las relaciones de negocios con grupos del crimen organizado mexicanos ha permitido una mayor cooperación entre razas y antiguos rivales.
Pese a ello, también existen pandillas estadounidenses que han guardado lealtad a un solo cártel, tal es el caso de Barrio Azteca. Dicho grupo delictivo nació en el sistema penitenciario de Texas y después se extendió a través de la frontera hacia México para desarrollar una relación con el Cártel de Juárez, proporcionando hombres a “La Línea” un brazo armado que luchó por el control del territorio contra el Cártel de Sinaloa.