Iztapalapa afinará los últimos detalles para la edición número 180 de la Pasión de Cristo

La representación de la Pasión de Cristo en el Cerro de la Estrella es considerado uno de los rituales más importantes

La representación de la Pasión de Cristo en Iztapalapa es considerado uno de los rituales más importantes del mundo por la cantidad de personas que asisten. (Foto: Cuartoscuro)

La tradicional representación de la Pasión, Muerte y Resurrección Cristo, que se lleva a cabo en la alcaldía Iztapalapa. Para la edición número 180 se retomarán actividades completamente presenciales, tal y como sucedió en 2022 tras las restricciones por la pandemia de COVID-19 desde 2020 a 2021. Se estimó la visita 150 mil personas para presenciar uno de los rituales de Semana Santa.

El recorrido ya fue confirmado y será desde la Explanada del Jardín Cuitláhuac, hasta el Cerro de la Estrella. Asimismo, desde enero de 2023 David Uriel González Martínez, un joven de 24 años de edad originario del Barrio de San José, será quien encarne el personaje de Jesús de Nazaret.

Durante este mes de marzo el Comité Organizador de Semana Santa en Ixtapalapa A.C. informó que el elenco que participará en la representación, ya se encuentra en los últimos ensayos para la hora en Semana Santa. Compartieron los detalles sobre la elaboración de la Cruz para la escena de la crucificción.

A través de su cuenta de Facebook, la asociación mostró la gran pieza de madera ya armada y cómo es que David Uriel asisitió al taller de los carpinteros para medirse sobre la cruz y que ésta sea de las dimensiones que se requieren.

El viacrucis que recorrerá Iztapalapa abarca ocho kilómetros y pasa por sus ocho barrios, cabe señalar que tan solo de la Macroplaza al Cerro de la Estrella, son más de 10 kilómetros.

El joven David Uriel asisitió al taller de los carpinteros para tomarse medidas sobre la cruz. (Captura de pantalla Facebook Comité Organizador de Semana Santa en Ixtapalapa A.C.)

La representación en Iztapalapa

En junio de 2022, se llevó a cabo el 8° Foro Patrimonio Cultural Inmaterial en la Ciudad de México, realizado en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH). Donde se comentó la posibilidad de la declaración por parte de la UNESCO para Iztapalapa, autoridades del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), de la alcaldía Iztapalapa y del Comité Organizador de Semana Santa en Ixtapalapa AC (Cossiac).

Fue el director general del INAH, Diego Prieto Hernández, quien se comprometió en impulsar las gestiones correspondientes para que permitan la inclusión de las representaciones religiosas de Semana Santa de Iztapalapa en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Lograr dicha inscripción no busca el título en sí mismo, más bien tiene como objetivo realzar “la centenaria historia de organización social y de expresión ritual popular que hermana a los ocho barrios”.

Esta tradición se remonta a mayo de 1723, cuando una comitiva oaxaqueña viajó a la entonces capital virreinal para restaurar una escultura de Cristo, hecha en pasta de caña. Tras pernoctar en las faldas del Cerro de la Estrella, los viajantes amanecieron con la sorpresa de que la imagen ya no estaba.

Ciudadanos participan en la representación de la Pasión de Cristo este Viernes Santo, en la alcaldía de Iztapalapa, en Ciudad de México. (EFE/ José Méndez)

Luego de buscarla por todas partes, una mujer del pueblo San Lucas les informó que había visto el cuerpo de un hombre al fondo de una cueva. Se trataba del Cristo procedente de Oaxaca, mismo que, narra la leyenda, se restauró a sí mismo y se negó a ser levantado de ese sitio, por lo que comenzó a llamársele el Señor de la Cuevita.

Posteriormente en 1843, comenzaron las procesiones anuales en conmemoración, las cuales evolucionaron con el paso de los años hasta la escenificación de la Pasión de Cristo, reuniendo a miles de personas en la actualidad.

Actualmente sigue en pie y es considerado uno de los rituales más importantes del mundo por la cantidad de personas que asisten, ya que antes de la pandemia solían ser millones.