El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) presentó el primer análisis de los restos femeninos localizados durante mayo de 2022, el cual muestra datos importantes sobre la forma en que vivió , su dieta e incluso enfermedades que padeció. Se estima que falleció entre los 45 y 50 años de edad, según el límite de esperanza de vida en la época prehispánica.
Las observaciones de los restos denominados como Señora SAS, fueron presentados por el equipo integrado por el arqueólogo, Luis Núñez Enríquez y las antropólogas físicas, Mirian Camacho Martínez y Lucía López Mejía, quienes se encuentra adscritos al Proyecto Arqueológico Palenque (PAP), el cual es dirigidos por la Secretaría de Cultura federal, en coordinación con el INAH.
Los integrantes del PAP ratificaron las hipótesis realizadas por los arqueólogos de campo. respecto a la edad del individuo localizado hace casi un año como parte del salvamento del área de sanitarios de Palenque, en las obras del Programa de Mejoramiento de Zonas Arqueológicas (Promeza), mismas que se realizan durante los trabajos de acompañamiento a las construcción del Tren Maya.
Luis Núñez Enríquez, responsable de la Sección de Osteoarqueología del PAP, señaló que entre los rasgos sexuales definitorios no solo está la pelvis, más ancha que una masculina para facilitar el desarrollo del embarazo, sino otros dimorfismos manifiestos, como el hallado en la glabela, una región del cráneo que es más lisa en las mujeres que en los hombres.
El académico del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) indicó que se cree que la Señora SAS murió entre los años 800 y 850 d.C. basado en la ofrenda que se encontró, la cual consiste en dos vasijas completas y una fragmentada, hechas con la cerámica palancana de esa época.
Respecto a la deformación intencional del cráneo de tipo tabular erecta, mismo que lo expandió en anchura y altura, Núñez Enríquez apuntó que en Lakamha, como se le conocía a Palenque, la preferencia cultural era por los modelados cefálicos tubulares oblicuos, “que alargaban el cráneo hacía atrás, mientras que, según se ha observado, el tabular erecto lo usaban los individuos ajenos al patrón local”.
Esto ha llevado a los expertos a proponer que la Señora SAS pudo haber sido una extrajera dentro del antiguo reino, no obstante fue enterrada en una área cercana al núcleo urbano del sitio. “Los entierros humanos de Palenque suelen ubicarse dentro de los templos o en la áreas de habitación, y en el espacio donde hallamos este esqueleto, no es lo uno ni lo otro. Una posibilidad es que esté asociado con esta actividad, y que quienes laboraban en el taller hayan decidido sepultarla allí mismo”, recordando que según lo detallado por el INAH, la osamenta fue encontrada en un talle de lítica.
Durante su hallazgo, llamó la atención una serie de incrustaciones de piedra verde en cuatro de sus dientes frontales y en un canino. Durante la limpieza de su osamenta se reveló una cuenta tubular de piedra verde que también formó parte de su ajuar, pero que con el paso del tiempo y la presión de la matriz de tierra, estaba oculta bajo su mandíbula.
El simbolismo de las incrustaciones y el limado que tienen presentaron algunos de los dientes de la mujer, puede deberse a una relación de estatus económico-social, apuntó el especialista.
Los exámenes antropofísicos indagaron en las patologías que afectaron a la Señora SAS, entre las que se encuentran caries dental y sarro, además de indicios de una dieta basada en carbohidratos como el maíz, y proteína animal. De igual forma se identificaron huellas de escorbuto en el cráneo, el cual pudo deberse a falta de vitamina C durante los primeros años de vida.
El análisis concluyó que las dos enfermedades señaladas y otras lesiones, como una fractura en la epífisis distal, estaban sanadas al momento de su fallecimiento, por lo que su muerte se debió a causas naturales, entre los 45 y 50 años de edad, de acuerdo con el límite de la esperanza de vida de esa época.