Cuál fue el poderoso pueblo mesoamericano al que los mexicas no pudieron someter

Los mexicas intentaron someter en un par de ocasiones a este pueblo mesoamericano, sin tener éxito

La poderosa cultura se estableció, principalmente, en Michoacán. (Twitter Museo Nacional de Antropología)

En tiempos de la época prehispánica, antes de la llegada de los españoles, en el territorio que ahora se conoce como México, la cultura mexica era posiblemente la más poderosa, pues alcanzó extender su imperio en varias regiones de Mesoamérica.

A la llegada de Hernán Cortés con sus hombres, varios grupos indígenas se unieron a los españoles, pues querían liberarse de los mexicas, quienes los obligaban a pagarles grandes tributos y los sometían. Sin embargo, existió una cultura mesoamericana a la que los mexicas no pudieron someter, y que impidieron que se extendieran al noroeste: los purépechas.

Esta cultura estaba establecida en lo que hoy es el estado de Michoacán.

A la llegada de los españoles, en 1519, tres eran las principales ciudades del pueblo Purépecha que se encontraban en auge y controlaban la vida política, económica y religiosa de todo el imperio. Estas capitales eran Tzintzuntzan, Ihuatzio y Pátzcuaro.

Una de las ciudades principales de los purépechas, fue Pátzcuaro. (Twitter Museo Nacional de Antropología)

Los Purépechas detuvieron el aguerrido avance colonizador de los mexicas y les propiciaron grandes derrotas militares, logrando, de esta manera, afianzar un territorio sumamente extenso y consolidarse como una cultura que tuvo gran repercusión en el devenir de la historia.

Según información difundida en el portal Arqueología Mexicana, el que los mexicas y los purépechas no se aliaran, facilitó la invasión de los españoles. En dicho portal, se lee que Tzintzuntzan era el centro político y religioso de los tarascos, como también se le conoce a los purépechas, y controlaba una amplia región que que abarcaba casi todo el actual estado de Michoacán, y partes de otros estados como Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Querétaro y México. Aunque poco se sabe sobre el origen de esta cultura, se piensa que es un grupo que se desarrollo en Mesoamérica tardíamente, ya que su predominio se dio a partir del siglo XIII d.C.

El historiador Carlos Paredes Martínez ha dicho que “Eran guerreros desafiantes que también tenían enfrentamientos en el sur de Jalisco contra los chichimecas, y en la parte del río Balsas. Estaban en un momento de conquista, y los mexicas consideraron una afrenta su incursión a la zona de Jilotepec, en lo que hoy es el Estado de México. Creo que su organización y táctica militar fueron determinantes para impedir la invasión de la Triple Alianza en esta región”.

Los guerreros del irecha o calzonci (rey) Tzitzipandácuare derrotaron a los de Axayácatl, que era padre de Moctezuma Xocoyótzin y Cuitláhuac, antepenúltimo y penúltimo emperador mexica, respectivamente, en 1477, y los de Zangua a los de Moctezuma II en 1517. Ambas batallas se libraron en el límite de los dominios de los mexicas: el oriente de Michoacán, pues el corredor del río Lerma era estratégico por su conexión con el valle de Toluca, el norte de Michoacán y otras áreas y grupos culturales.

Los mexicas buscaron aliarse con los purépechas para enfrentar a los españoles, pero no tuvieron éxito.

Moctezuma II envió regalos a Cortés como medio disuasivo, y al mismo tiempo, buscaba fortalecer sus filas por si los españoles comenzaban su avance. Tres comitivas salieron de Tenochtitlan hacia tierras purépechas para pactar alianzas en contra de los españoles: la primera en 1519, cuando los mexicas supieron que el capitán extremeño bordeaba las costas de Tabasco y Veracruz, sin embargo, no tuvieron éxito.

La segunda comitiva fue enviada en el otoño de 1520, y tuvo consecuencias fatales para ambas partes. El irecha Zangua determinó asesinar a los emisarios mexicas, sin embargo, uno de ellos tenía viruela, la enfermedad transmitida por indios taínos que venían en las huestes de Pánfilo de Narváez. La enfermedad cobraría la vida del gobernante supremo, además de la de miembros del sacerdocio y la nobleza.

Ante el clima cada vez más ríspido en México-Tenochtitlan, salió una tercera comitiva, que terminó con la masacre de los diez mensajeros. La negativa de los tarascos a pactar y formar un bloque en contra de los españoles y sus aliados indígenas, es posiblemente una respuesta a la rivalidad que sostuvieron durante un siglo con los mexicas.

Tras la caída de Tenochtitlan, e informado de que el Estado tarasco dominaba zonas ricas en oro y plata, Cortés encomendó al capitán Cristóbal de Olid someterlo, logrando la rendición del último cazónci, Tangáxoan Tzíntzicha. Entre 1523 y 1524, Antonio de Carbajal fue comisionado para realizar descripciones de los pueblos, dimensionar la mano de obra, territorio y materias primas que podían obtener, así nació el sistema de encomiendas.