Una muerte violenta es aquella en la que se inflige dolor a través de golpes, estrangulamientos, asfixia o envenenamiento. Esta es la forma en que son asesinadas la mayoría de las niñas y adolescentes en México, aunque especialistas consideran que los datos respecto a feminicidios de este sector están subestimados.
En el marco del Día Internacional de Mujer, el 8M, el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República reveló en un informe que en el caso de los feminicidios de mujeres de 0 a 17 años de edad, estos ocurren por muertes violentas, superando estas cifras a las de asesinato por razón de género por arma blanca y arma de fuego.
Basándose en datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el informe que comprende cifras del 2015 a 2022 indica que el 15.2 por ciento de los feminicidios ocurrieron por arma blanca y otro 13.6 por ciento fue provocado por un arma de fuego.
Al considerar solo los feminicidios de niñas y adolescentes, el informe destaca que los años más violentos para ellas fueron los años 2020 y 2021, en el marco de la pandemia por Covid-19 y cuando se registró un despunte.
De esta forma, en 2015 se registraron 50 asesinatos, y a partir de entonces, la cifra se incrementó y posteriormente se mantuvo relativamente estable: 55 en 2016; 66 en 2017; 83 en 2018; mientras que en 2019, el primer año del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se registraron 95; en 2020, 115; en 2021 se registraron 11, y 95 en el año 2022.
Con ello, sumaron 670 feminicidios de menores de edad en los ocho años de datos que ha recopilado el SESNSP, que coloca al Estado de México como la entidad más violenta, con un total de 116.
Esta entidad es la única que cuenta con datos de tres dígitos en cuanto a feminicidios, quedando muy por detrás los estados de Jalisco con 49 y de Veracruz con 58.
En contraste, destacan en este mismo rubro algunas entidades que no tienen registros de feminicidios en menores de edad, como lo es Baja California Sur. En situación similar se encuentran los estados de Tlaxcala y Yucatán, que tienen sólo un caso cada una.
“Estas cifras ponen en evidencia la magnitud de la violencia extrema que se ejerce en México contra las niñas y adolescentes y subrayan la urgente necesidad de analizar y establecer estrategias preventivas y de justicia penal más eficaces”, indica el informe del Instituto Belisario Domínguez.
Entre sus conclusiones el estudio destaca que especialistas han reconocido una subestimación de las cifras oficiales sobre feminicidio en el país contra este sector de la población, que podría obedecer a deficiencias en la integración de carpetas de investigación, pero también en cuanto a los sistemas judiciales y las sentencias que emiten en torno a los casos.
De acuerdo con la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), las niñas y las mujeres adolescentes son las más afectadas por la violencia en el país, con la advertencia de que los asesinatos de niñas y adolescentes con armas de fuego en el actual sexenio se ha ido incrementando.
Pero esta organización también ha lanzado diversas advertencias en cuanto a los delitos contra las infancias. En su más reciente informe, publicado en enero pasado reveló que cuatro delitos han aumentado: la extorsión, el homicidio, lesiones y trata de personas.
Además de evidenciar el aumento de los homicidios, detectaron un aumento en el número de niños, niñas y adolescentes que han sido repatriadas de Estados Unidos, así como hechos de discriminación.
Aunque hasta ahora se cuentan sólo con datos del SESNSP con corte al mes de enero de este año, los datos señalan que en los primeros 31 días del año se registraron un total de 68 feminicidios, considerando aquellos que se perpetraron con armas blancas, armas de fuego, con otros elementos y aquellos en los que no se documentó. Todo ello, considerando todos los rangos de edad.