Claudia Mamet, integrante de la asociación civil Dogs of Puerto Angel denunció a través de la plataforma change.org el caso de Morena, una perrita, cariñosa y afable, que fue torturada y asesinada en Zipolite, uno de los destinos playeros más importantes del estado de Oaxaca y del país.

De acuerdo con la activista, el pasado 16 de diciembre un vecino de la colonia La Cascada roció y prendió fuego a la canina mestiza de color miel, quien salió huyendo sin rumbo fijo, entre aullidos desesperantes por dolor.

La razón: “venganza”, ya que el agresor acusó al dueño de Morena de supuestamente robarle un tanque de gas. Sin embargo, otros vecinos afirman que no es la primera vez que se le sorprende maltratando a un animal de la colonia.

Amigos y conocidos del dueño iniciaron su búsqueda por toda la playa, que pertenece al municipio de Pochutla, además de que pidieron ayuda a través de redes sociales. Incluso, ofrecieron una recompensa de mil pesos.

Fue hasta el 19 de diciembre de 2022, que un hotel boutique se contactó con los familiares para informarles que encontraron a la perrita sin vida, en un camastro y frente al mar.

“Corroboramos que era Morena y tomamos fotos de sus quemaduras como evidencia”, relataron en Change.org.

Aunque inmediatamente presentaron una denuncia ante el Ministerio Público (Vicefiscalía en Puerto Escondido), aseguraron que a tres meses del crimen no hay respuesta por parte de la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO), por lo que el responsable no ha sido sancionado.

Por ello, desde hace dos semanas el dueño y la asociación comenzaron a solicitar firmas a través de la plataforma para visibilizar el caso y exigir justicia por Morena.

Hasta el momento han logrado recabar más de 30 mil, pero necesitan al menos cinco más. Si quieres unirte a la petición ingresa a este link.

Desde 2015, en el estado Oaxaca el maltrato animal está tipificado como delito y se castiga con cárcel, esto luego de que en mayo de ese año la 62 Legislatura del Congreso estatal aprobó una reforma al Código Penal para tipificarlo.

La reforma sanciona con cárcel y multas que van hasta los mil 500 salarios diarios a quienes maltraten, asesinen a animales o cometan abuso sexual contra éstos.

Durante décadas, este antiguo pueblo de pescadores convertido en un lugar de encuentro hippie se ha transformado en un oasis para la comunidad LGBTQ+, atraída por sus playas doradas, su ambiente contracultural y una práctica del nudismo que abarca cuerpos de todas las formas.

Pero a medida que su popularidad ha ido creciendo, atrayendo a un número cada vez mayor de visitantes, la ciudad está empezando a transformarse: los extranjeros están acaparando terrenos, los hoteles se multiplican y muchos residentes y visitantes temen ahora que lo que una vez hizo mágico a Zipolite pueda perderse para siempre.

Y es que, a pesar de la aceptación de muchos lugareños, algunos creen que la identidad de Zipolite como ciudad relajada que acoge a cualquier persona, desde familias mexicanas hasta jubilados canadienses, se está erosionando, transformándose en una ciudad de fiesta, como Tulum, en Quintana Roo.

Además de una crisis de identidad, muchos temen una crisis medioambiental. Se ha construido por encima de los manglares, la vida silvestre está desapareciendo. Los residentes se quejan de la falta de agua potable, que podría empeorar con un mayor desarrollo.