“¿Crees que Felipe Calderón y Genaro García Luna te deben algo?, cuestionó José Luis Montenegro a Sandra Ávila Beltrán. “Mucho”, respondió la también llamada Reina del Pacífico con frialdad y una mirada retadora.
Y es que, a 15 años de que la sobrina de Miguel Ángel Félix Gallardo fuera detenida en la Ciudad de México, muchas son las interrogantes que rodean su caso y que han cobrado relevancia luego de que el ex Secretario de Seguridad Pública del sexenio del expresidente panista fuera declarado culpable en la Corte de Brooklyn por haber cooperado con el Cártel de Sinaloa en el trasiego de cocaína a Estados Unidos durante y después del periodo en el que se desempeñó como funcionario público.
Bajo ese tenor, Sandra Ávila Beltrán rompió el silencio y acusó a Felipe Calderón y a Genaro García Luna de haberle arrebatado siete años y cinco meses de su vida en prisión pese a que, según sus declaraciones, no había ilegalidad en las actividades que realizaba en la época en la que se cumplimentó su orden de aprehensión.
La detención de Sandra Ávila Beltrán se llevó a cabo tan solo un año después de que Felipe Calderón impulsara su llamada Guerra contra el Narcotráfico por lo que con bombo y platillo, los medios de comunicación más populares de la época anunciaron la caída de quien ya era considerada como una de las mujeres más relevantes de la organización criminal fundada por Ismael El Mayo Zambada y Joaquín El Chapo Guzmán.
“Fui la primera de Felipe Calderón, él tenía que cubrir a las personas con las que estaba aliado junto con García Luna y todo el demás gabinete y pues una mujer es como lo más fácil ¿no? Y aparte si no se recibe nada de este lado pues...”, declaró Sandra Ávila Beltrán en una reciente entrevista concedida a José Luis Montenegro.
Ante el cuestionamiento sobre si la administración de Felipe Calderón le había solicitado algún tipo de soborno o beneficio para evitar su detención, Sandra Ávila Beltrán negó haber negociado con el gobierno del exmandatario panista.
“¿Por qué iba a pagar algo o por qué yo iba a buscar un acercamiento de protección a cambio de algo si no estaba haciendo nada ilegal?”, aclaró la Reina del Pacífico.
De acuerdo con las declaraciones de la Reina del Pacífico, las autoridades fueron tras ella al considerarla como el vínculo existente entre el Cártel de Sinaloa y el Cártel del Norte del Valle en Colombia, del cual era aliado Juan Diego Espinosa Ramírez, alias El Tigre, expareja sentimental de Sandra Ávila Beltrán.
No obstante, ella se deslindó de haber presentado a miembros de dichas organizaciones criminales y aseguró que en aquella época ella se encontraba construyendo un fraccionamiento en Sonora con el dinero que le habían dejado sus maridos pero que, en realidad, no había nada ilegal en sus actividades.
En ese sentido, Sandra Ávila Beltrán acusó a Felipe Calderón y a Genaro García Luna de haberle arrebatado siete años y cinco meses de su vida, además de haber causado directamente la muerte de su madre.
“Siete años y cinco meses de mi vida en prisión por algo que no debía, ¿tú crees que no me deben? ¿Por qué no está Calderón ahí adentro? ¿Tú crees que Calderón es inocente? Yo te lo aseguro que no” arguyó la Reina del Pacífico.
Con una mirada fría y un resentimiento impreso en cada palabra, Sandra Ávila Beltrán reclamó:
“Me deben el dolor que le causaron tan grande a mi madre, que murió de dolor y de tristeza, me deben la vida de mi madre, me deben mi libertad, me deben el daño que le hicieron a mi hijo, el daño que me hicieron a mí. Me deben mucho y nadie los castiga”, refirió la Reina del Pacífico sobre Genaro García Luna y Felipe Calderón.
Con la voz entrecortada y los ojos brillosos, la sobrina de Miguel Ángel Félix Gallardo señaló que es muy fácil juzgar más no comprobar las acusaciones en su contra por lo que incluso aseguró tener la conciencia muy tranquila.
Dicho reclamo se sumó a las declaraciones que previamente la Reina del Pacífico realizó sobre Genaro García Luna, a quien describió como “un corrupto, asesino y secuestrador”. No obstante, Sandra Ávila Beltrán descartó haber sido testigo de la entrega de sobornos al ex Secretario de Seguridad Pública, quien por dichos hechos enfrentó a la justicia estadounidense en un controversial juicio que reveló como los tentáculos del crimen organizado lograron inmiscuirse en los diferentes niveles de gobierno en México.