EEUU exigió a México una explicación científica para prohibición de maíz transgénico

El desacuerdo amenaza con interrumpir el comercio de miles de millones de dólares en maíz entre ambos países

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(Foto: Pixabay)
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El nuevo jefe de comercio agrícola de Estados Unidos, Doug McKalip, dijo el jueves que ha dado al gobierno de México hasta el próximo 14 de febrero para responder a una solicitud de Washington para explicar la ciencia detrás de la planeada prohibición al maíz genéticamente modificado y el herbicida glifosato.

El funcionario de la Representante Comercial de EEUU (USTR, por su siglas en inglés), explicó a Reuters que la respuesta ayudará a la agencia a decidir los próximos pasos en su búsqueda por resolver una larga disputa sobre las políticas agrícolas biotecnológicas de México.

Agregó que esto podría incluir una escalada de la disputa al mecanismo de solución de controversias en el marco del Acuerdo Comercial de América del Norte (T-MEC). Y es que el desacuerdo amenaza con interrumpir el comercio de miles de millones de dólares en maíz entre Estados Unidos y México.

La petición de la administración de Joe Biden se produjo en una carta enviada por USTR el 30 de enero a la Secretaría de Economía, a cargo de Raquel Buenrostro, en la que se solicitaban pruebas científicas de las prohibiciones y evaluaciones de riesgo que respalden las decisiones, que son obligatorias en virtud del acuerdo comercial iniciado en 2020.

(Foto: especial)
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“(México) rechazó 14 muestras distintas de productos agrícolas que se le presentaron y no aportaron ninguna justificación”

“Queremos asegurarnos de que hagan la ciencia, muestren su trabajo y tomen decisiones basadas en evaluaciones de riesgo”, añadió.

La solicitud se produce pocos días después de que McKalip y otros funcionarios de USTR se reunieran con funcionarios mexicanos y expresaran su preocupación por su enfoque biotecnológico, advirtiendo que podrían tomar medidas formales para reforzar los derechos comerciales bajo el TMEC.

La carta marca un paso en esta dirección; otros pasos incluyen buscar consultas formales sobre la disputa o solicitar un panel de solución de controversias para determinar si las políticas de México violan el acuerdo comercial.

“Estamos muy centrados en esto. Es una gran prioridad para esta administración”, afirmó McKalip.

El retraso de la medida no cambia el problema de fondo

Un trabajador muestra granos de maíz en la fábrica de alimentos para animales ALIPEC, en las afueras de Guadalajara. Los alimentos en el complejo destinados a  la cría de vacas, pollos y cerdos se producen con una mezcla de maíz nacional y cereales importados que muchas veces son transgénicos.  Marzo11, 2021. REUTERS/Fernando Carranza
Un trabajador muestra granos de maíz en la fábrica de alimentos para animales ALIPEC, en las afueras de Guadalajara. Los alimentos en el complejo destinados a la cría de vacas, pollos y cerdos se producen con una mezcla de maíz nacional y cereales importados que muchas veces son transgénicos. Marzo11, 2021. REUTERS/Fernando Carranza

En diciembre pasado, México ofreció retrasar la aplicación de la prohibición hasta 2025, pero McKalip, que anteriormente fue el principal asesor comercial del Secretario de Agricultura de Estados Unidos, Tom Vilsack, dijo que los retrasos y más excepciones no resolverían “el problema de fondo, que es que la ciencia debe impulsar las decisiones sobre estos productos”.

Sostuvo que esas declaraciones probablemente tenían como objetivo tranquilizar a los productores estadunidenses en el sentido de que México “tiene la intención de ser un comprador fiable” y evitar interrupciones en la cadena de suministro de alimentos.

McKalip, que también ayudó a dirigir el Servicio de Inspección Zoosanitaria y Fitosanitaria del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, añadió que, aunque la prohibición no entrará en vigor hasta 2024, está afectando a las decisiones de siembra de los agricultores estadunidenses para algunos productos.

“Hay nuevos productos que contienen rasgos de sostenibilidad, cosas que ayudarían a los agricultores a ser más productivos”, dijo. “Pero tienen el problema de tomar la decisión de utilizar esos productos si no hay una garantía de acceso en el mercado mexicano”.

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