Los misterios que rodean al supuesto suicidio del sobrino del “Mayo” Zambada

El sobrino del Mayo apareció colgado una mañana de noviembre de 2009, un año después de que había sido detenido junto a su padre en la colonia Lindavista de la Ciudad de México

Jesús Zambada Reyes era sobrino del viejo capo (Infobae)

El 20 de noviembre de 2009 el sobrino del “Mayo” Zambada fue hallado muerto en la Ciudad de México. Alguien lo encontró en la recámara de una casa ubicada en la alcaldía Tlalpan, con el lazo de las cortinas alrededor del cuello y el otro extremo atado de tal forma que el cuerpo quedara suspendido.

Jesús Zambada Reyes, de 22 años, se encontraba bajo protección oficial, pues se había convertido en testigo protegido de la entonces Procuraduría General de la República (PGR). Era hijo de Jesús Reynaldo Zambada, alias “El Rey Zambada”, el narco al que el Cártel de Sinaloa había enviado a la capital mexicana con la misión de controlar el aoerupuerto.

“El Rey” fue detenido en octubre de 2008 tras una balacera en la colonia Lindavista de la Ciudad de México. Su caída fue catalogada como uno de los golpes más contundentes de la “Guerra contra el naco” encabezada por el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa (2206-2012).

La autopsia no precisó qué objeto haba empleado Zambada reyes para quitarse la vida. No indicó si la vícimta presentaba huellas de violencia en las manos, los brazos o las piernas. Tampoco precisó si habían revisado las uñas. El documento solo señaló que el occiso era “un masculino” de “nombre desconocido” de entre 30 y 40 años de edad, y confirmó que se trataba de un suicidio.

Jesús Reynaldo Zambada, alias “El Rey Zambada (Alberto Vera / AFP)

Un año atrás, Zambada Reyes había sido detenido en la casa de Lindavista junto a su padre y 13 colaboradores que trabajan para el hermano del “Mayo” Zambada. Según la PGR, una llamada anónima había informado sobre la presencia de hombres armados en dicho lugar, donde se terminó desatando una balacera con armas largas que duró más de una hora.

“Me voy a rifar”, le habría dicho “El Rey” Zambada a los 13 integrantes de su escolta. Después se supo que antes de pronunicar esas palabras le había marcado insistentemente a su contacto dentro de la Policía Federal, el inspector Édgar Enrique Bayardo, para pedirle que llegara en su rescate. “Ya voy, padrino”, le respondió el comantante. Pero nunca llegó.

Mándenme a la ‘pitufada”, decía Zambada, al clamar el apoyo de los policías federales, apodados así por su uniforme azul. Los testimonios rendidos posteriormente revelaron que aquel día la casa de Lindavista se vio totalmente rodeada de policías. Unos querían detener a Zambada y otros buscaban la ocasión de rescatarlo. Se dijo que incluso varios policías federales habían sido mandandos bajo la órden expresa de eliminar todo lo que pudiera poder en evidencia la relación de “El Rey” con altos mandos.

“El Rey" era uno de los principales líderes del Cártel del Pacífico

Ese día Zambada Reyes fue detenido junto a su padre. Se dice que no dudó en volverse testigo protegido y que, con el nombre clave de “Rambo 3″, fue el primero en echar de cabeza al inspector de la Policía Federal, Édgar Enrique Bayardo, que en aquel entonces fungía como contacto dentro de la corporación. Relató la escena del tiroeto y habló de los pagos que su padre le hacía mensualmente: 25 mil dólares a cambio de información.

Otro de los detenidos, que era el hijo de la pareja sentimental de “El Rey” Zambada, habló de la manera en que personal de la Policía Federal intervenía llamadas de grupos rivales, en especial de los Beltrán Leyva, con quienes “El Mayo” estaba enfrentado. Bayardo fue detenido unos días más tarde.

Él también se había acogido al programa de testigos protegidos, así que lo pusieron en libertad, le entregaron una pensión de 50 mil pesos mensuales y le devolvieron bienes valuados en 28 millones de pesos. A cambio entregó declaraciones que implicabam la venta de protección al Cártel de Sinaloa al estrecho círculo de colaboradores de Genaro García Luna: comisionados, jefes y directores.

En dicho contexto se dio el misterioso suicidio del hijo del Rey Zambada. El mes siguiente, mientras disfrutaba de un aromático café en un Starbucks de la colonia Del Valle, en el cruce de Pilares y Pestallozi.