“La escritura es la pintura de la voz”, dijo Voltaire y es uno de los puntos que más se han replicado con el pasar de los siglos, pues algunos han sostenido que, más allá de las palabras o del lenguaje corporal, los trazos y forma en la que se colocan las letras sobre una hoja de papel pueden presentar muchos otros aspectos de la personalidad que no son observables ante el ojo humano.
Y es que la caligrafía ha sido un punto focal en la historia de la humanidad, tanto así que se ha vuelto una característica necesaria para sobrevivir en el día a día, pues la mayoría de las profesiones u oficios la necesitan para poder desarrollarse con normalidad, pues forma parte de la comunicación cotidiana de los individuos.
En México quien ha puesto en el ojo público en el análisis de la escritura ha sido la grafóloga Maryfer Centeno, una mujer que apasionadamente expresó a Infobae México como encontró su profesión desde temprana edad y, actualmente, cómo disfruta poder socializar el conocimiento desde la academia o en su cafetería, pese a que muchos apuntan a que se trata de una “pseudociencia”.
blockquote class="twitter-tweet">La firma es elemento que le da validez legal a un documento.
— Maryfer Centeno (@Grafocafe) January 8, 2023
La historia de la grafología en su vida se encuentra desde el primer momento con su familia, por lo menos así es como lo recuerda Centeno, quien al voltear atrás a sus recuerdos pudo contar, con ilusión en los ojos, como fue que su madre se convirtió en la primera perito grafóloga del país, acción que impactaría directamente en su vida al conocer, desde temprana edad, cuál era la profesión a la que iba a dedicarse el resto de sus días.
“Mi mamá fue la primera perito grafóloga de este país, entonces en la casa lo que había eran libros de Derecho y libros de grafología. Yo creo que mucho de mi formación como persona y como ser humano, por supuesto, que se lo debo a ella (a su madre), pero también como profesional”, contó con una sonrisa en los ojos.
Lo que para muchos podría ser una imposición familiar, para Maryfer fue un escape en la infancia; sin embargo, su mayor reto con la profesión lo tuvo cuando estudió Derecho, fue en ese momento cuando conoció la rama constitucional y la espina de litigar estuvo ahí. Ganó la pasión por el análisis, pero eso no hizo que se alejara de aquel primer acercamiento con su profesión y sus deseos.
“Nunca fue una decisión de ser grafóloga porque soy grafóloga, fue algo que nació conmigo, pero no fue una elección ni tampoco una imposición, venía conmigo y con el tiempo lo perfeccionas porque lo estudias”
Como en todo aspecto de la vida, Centeno no ha tenido un camino sencillo, pues muchas personas han cuestionado la veracidad de sus análisis, debido a que la grafología —para algunos académicos— no es ciencia debido a que carece de método científico; no obstante, ella misma defiende la validez de su trabajo argumentando que sus estudios tienen un carácter sustentando en análisis dentro de la misma academia.
“Lo que digo está sustentado y argumentado, no son invenciones mías y lo pueden consultar en libros y en la legislación vigente”
Aunque muchos han señalado a la grafología como una pseudociencia, para Maryfer debería de ser considerada como tal, debido a que no se puede entender a la conducta humana —en su totalidad— con aspectos matemáticos o de método científico; además, descartó que se trate única y exclusivamente de adivinación, sino que contó a este medio la importancia de conocer contextos, a las personas y todo lo que transcurre alrededor para poder tener un análisis sustentando.
“Se considera una pseudociencia, que no lo es, desde el punto de vista de que no es como las matemáticas, pero la conducta humana no es como las matemáticas. Por otro lado, hay muchas tesis a favor de ser una ciencia, debido a que la escritura es un proceso neurofisiológico, es decir, no es un acto de adivinación, es decir, escribimos porque hay un proceso psicomotor, no es algo esotérico (...) es algo que surge del cerebro humano con la información que mandan las manos”, puntualizó.
Pese a llevar años dedicándose a lo mismo, con todo y los conflictos o controversias que han nacido por su trabajo, para Maryfer Centeno aún queda mucho trecho que recorrer, por lo que sus planes personales —como ser mamá — no interfieren en su entusiasmo por socializar la grafología mediante los medios de comunicación, su cafetería o la academia que fundó su familia.
“Se vuelve un ejercicio maravilloso poder formar peritos en este país, poder darnos cuenta que la prueba pericial es importante”
Es por eso que su próximo paso en su vida, no solo en su carrera, es poder llevar su conocimiento a las infancias, a que las niñas y niños sepan distinguir desde temprana edad cuál es su pasión, a la par de poder conocerse más a sí mismos mediante la escritura.