María Ángela fue sustraída de la supervisión de su madre, quien entró a un sanitario público en inmediaciones de la estación de Metrobús Indios Verdes; después de poco más de 48 horas, la adolescente fue localizada en la colonia Las Águilas, en Nezahualcóyotl, Estado de México.
Aunque la adolescente estaba visiblemente desorientada, habría mencionado a las autoridades que fueron dos hombres y dos mujeres quienes la dejaron en el sitio donde fue encontrada, es decir, cerca de unos juegos mecánicos que estaban abandonados. Cabe señalar que en este lugar se han localizado varios cuerpos.
Además, mencionó que la mantuvieron privada de su libertad en una habitación en el que habría habido otras mujeres.
Vicente Ramírez, director de Policía en Nezahualcóyotl mencionó a Azteca Noticias que después de recibir tratamiento psicológico y apoyo médico, la joven podría profundizar más en la información que proporcionó, pues logró recordar algunos alias de los hombres que aparentemente custodiaban a ella y a otras mujeres privadas de su libertad.
Esto significaría que las personas que sustrajeron a la adolescente tendrían un modus operandi para privar de su libertad a mujeres. Cuando se inició la búsqueda de Ángela, su madre informó que el día de los hechos sintió que alguien la picó y que mientras esperaba a su mamá afuera de los sanitarios comenzó a sentirse mal y perdió el conocimiento por algunos momentos.
Recientemente, el periodista Carlos Jiménez compartió la grabación de la cámara del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5), donde se ve a la menor afuera de los baños del Metro y rápidamente es llevada a la fuerza por un sujeto.
En solo 10 segundos María Ángela fue secuestrada y separada de su madre, quien en esos momentos había entrado al sanitario y al salir, tras escuchar su llamado de auxilio, no la volvió a ver.
Como se observó en la grabación, solo le tomó al sujeto siete segundos acercarse a la víctima para posiblemente amenazarla y llevársela del brazo; en los otros tres segundos caminan rápidamente y dejan de ser visibles al estar detrás de unas combis de color blanco; aunque no son claras las imágenes parece ser subida a una de las unidades.
De igual manera, a través de redes sociales se han difundido diversos relatos de aparentes intentos de secuestro al interior o en las inmediaciones de algunas estaciones de Metro y Metrobús. Varios casos apuntarían a que los vendedores de dulces ofrecerían producto con sustancias sonmníferas y que afectan el estado de salud.
Algunas de estas anécdotas fueron recuperadas por colectivas de mujeres activistas y feministas como Las Tlahuelpuchis.
“Yo en abril o mayo me iban a secuestrar en Indios Verdes, no sabía que estaba el cablebús y me subí a un camión que te deja en arboledas. Arrancó y me quedé sola, estaba feliz, luego volteó el chofer, se estaba masturbando y me tomó fotos, por mi cabeza pasó ‘Ya valió'”, finalmente la joven logró subir al calebús y pidió ayuda a otras personas.
En otra anécdota, una joven comentó que compró unos chocolates pero que no los consumió en el momento, al llegar a su centro educativo, los compartió con un compañero y fue él quien comenzó a sentirse mal de salud. Un caso similar fue el de la usuaria identificada como Brenky SiiRos:
“Le compré a un tipo dulcero, después de comerlos empecé somnolienta, sin fuerzas en las piernas, ida totalmente, hasta la fecha no recuerdo bien, afortunadamente llegué a mi casa consciente, mi hermano me provocó el vómito inmediatamente y me llevaron al hospital, ahí estuve con medicamento intravenosa, el médico dijo que estaba drogada por una sustancia desconocida, que es un modus operandus, te venden los chocolates, y si ven que los comes te siguen hasta que hacen efecto, luego fingen ayudarte pero en realidad te roban o secuestran o algo peor”, escribió.
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