Ovidio Guzmán: a qué edad el hijo de “El Chapo” comenzó su carrera como narcotraficante

Ovidio Guzmán nació en 1990, y desde muy joven, estuvo involucrado en negocios ilícitos relacionados con las drogas

Ovidio Guzmán es uno de los hijos del Chapo.

Desde hace algunas semanas, es muy escuchado el nombre de Ovidio Guzmán, también conocido como El Ratón, uno de los hijos de Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, quien es considerado como uno de los narcotraficantes más peligrosos y poderosos de la historia de México, y quien actualmente cumple una condena de cadena perpetua en una prisión de máxima seguridad de Estados Unidos.

Y es que El Ratón fue recapturado por las autoridades mexicanas, esto luego de que en 2019 fuera capturado y posteriormente liberado, en el llamado Culiacanazo. Ovidio es casi tan famoso como su padre y es líder de Los Chapitos, facción del Cártel del Pacífico.

A ciencia cierta, no se sabe cuántos hijos ha tenido en total El Chapo Guzmán, y esto se ignora porque él mismo ha dado cifras distintas, pues en una ocasión dijo que eran 10, y en otra mencionó que eran 23. Sea cual sea la cantidad de hijos que tiene El Chapo, hay cuatro que destacan de ellos, pues son los únicos que aparecen en la lista de objetivos del Departamento de Estado de Estados Unidos, por sus logros en el negocio familiar: el narcotráfico.

De estos cuatro, dos nacieron de la primera esposa de El Chapo, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo, y los otros dos de la segunda, Joaquín y el propio Ovidio. El Departamento de Estado separa a los dos primeros de los dos segundos, cobijados todos bajo el mismo paraguas criminal, el Cártel de Sinaloa o del Pacífico, representantes en realidad de facciones distintas.

El Chapo Guzmán es considerado uno de los narcotraficantes más peligrosos y poderosos de la historia del país. REUTERS/Henry Romero/File Photo/File Photo/File Photo

Apodado El Ratón, Ovidio es el más joven de los cuatro hermanos fichados en Washington. Nació en 1990 en Culiacán, Sinaloa, y creció en la colonia Jardines del Pedregal de Ciudad de México, uno de los barrios más opulentos de la capital, e incluso, de todo México.

Ovidio Guzmán vivió desde la capital los últimos años del PRI en el poder, y los primeros del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. A mediados de la década de 1990, El Chapo cumplía su primera condena, que era de 20 años por cohecho y asociación delictuosa, delitos vinculados al asesinato del cardenal Jesús Posadas, en Guadalajara, en 1993. Mientras su padre vivía en prisión, Ovidio estudiaba en un colegio de los Legionarios de Cristo, al sur de la capital. Sin embargo, una carrera universitaria no era la meta que quería alcanzar el hijo del Chapo. A principios de siglo, siendo ya un preadolescente, Ovidio regresó a Culiacán, al mismo tiempo que su padre lograba algo que nunca antes se había visto: fugarse de una cárcel de máxima seguridad.

Ya en Sinaloa, la familia se impuso. Las autoridades estadounidenses aseguran que El Ratón fue un narco precoz. En la ficha del Departamento de Estado, señalan que heredó el negocio de su hermano mayor, Edgar, asesinado en un supermercado en Culiacán, en el año 2008.

Cuando esto ocurrió, Ovidio contaba con 18 años, o sea, que ingresó al negocio del narcotráfico cuando apenas había cumplido la mayoría de edad. En la ficha se puede leer que “Ovidio y su hermano Joaquín empezaron a invertir grandes cantidades de dinero en comprar marihuana en México y cocaína en Colombia. Empezaron a importar igualmente efedrina de Argentina para iniciarse en la producción de metanfetamina”.

Ovidio Guzmán fue capturado por las autoridades mexicanas recientemente. (Foto: Archivo)

Según el analista de seguridad Alejandro Hope, en una entrevista concedida al medio El País, esta es la primera generación de traficantes sinaloenses que nace en la opulencia, pues Ovidio vivió en El Pedregal, lo que quiere decir que él ingresa al narco por decisión, no por necesidad, que fue lo que alentó a su padre. Él pudo haber sido ingeniero, arquitecto o médico, sin embargo, decidió seguir el camino que había marcado su padre, expresa el analista.

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