Los peligros invisibles en los bebederos públicos para perros que pocos conocen

Con la llegada de la primavera, las temperaturas comienzan a elevarse, lo que no sólo impacta a las personas, sino también a los animales callejeros. Para los perros sin hogar, el calor extremo representa un desafío grave, ya que pasan largas horas expuestos al sol sin acceso constante a sombra o agua limpia.

Ante esta situación, muchas personas han tomado la iniciativa de ayudarlos colocando recipientes con agua en calles y parques. Aunque esta acción es bien intencionada, si no se realiza adecuadamente, puede traer consecuencias negativas para la salud de los perros.

En diversas ciudades, los comederos y bebederos públicos se han vuelto una medida común para apoyar a los animales en situación de calle. Sin embargo, lo que parece un gesto noble también puede convertirse en un foco de infección, no sólo para los perros sin hogar, sino también para las mascotas que beben de estos recipientes.

Los recipientes de agua compartidos en espacios públicos pueden convertirse en focos de infección para los perros, de acuerdo con un análisis realizado por la profesora Lori Teller, de la Universidad Texas A&M, consultado por el medio Newsweek.

Estas fuentes de hidratación, si no se limpian regularmente o si el agua permanece estancada por largos periodos, pueden albergar una amplia variedad de microorganismos perjudiciales, como bacterias, parásitos, toxinas y moho.

Además, Teller advirtió que los perros que han estado en contacto con materia fecal y luego interactúan con estos recipientes pueden contaminar el agua, exponiendo a otros animales a enfermedades graves.

Entre las enfermedades que los perros pueden contraer al beber de recipientes públicos contaminados se encuentran la tos de las perreras, el virus del papiloma canino, la giardiasis, infecciones bacterianas como salmonella y E. coli, y la leptospirosis.

La tos de las perreras es una enfermedad respiratoria altamente contagiosa que afecta a los perros. Es causada por una combinación de virus y bacterias, siendo los más comunes el virus de la parainfluenza canina y la bacteria Bordetella bronchiseptica. Los síntomas incluyen tos persistente y seca, estornudos, secreción nasal y, en casos graves, fiebre.

El virus del papiloma canino provoca la aparición de verrugas, que son tumores benignos que suelen localizarse en los labios, dentro de la boca o alrededor de los ojos. Aunque generalmente no son dolorosas, pueden inflamarse o infectarse, causando molestias al animal.

Por otro lado, infecciones bacterianas como la salmonella y E. coli pueden ocasionar vómitos, diarrea, fiebre y deshidratación en los perros. La giardiasis, una enfermedad causada por un parásito protozoario que infecta los intestinos, presenta síntomas similares.

La leptospirosis, una enfermedad bacteriana transmitida a través del contacto con orina de animales infectados, como roedores, puede ser especialmente peligrosa, ya que puede provocar daño renal severo en los perros.

Para minimizar los peligros asociados con los recipientes de agua compartidos, Teller sugirió que los dueños de mascotas tomen precauciones adicionales. Una de las recomendaciones principales es llevar consigo un recipiente portátil y agua fresca para sus perros cuando salgan de casa.

“Idealmente, los propietarios deberían cargar un tazón plegable y agua limpia para ofrecer a sus mascotas”, explicó Teller. Otra opción es solicitar agua en restaurantes o tiendas de conveniencia durante los paseos.

Sin embargo, la profesora también reconoció que, en situaciones extremas, como cuando un perro muestra signos evidentes de deshidratación, permitirle beber de un recipiente público puede ser una medida necesaria, a pesar de los riesgos.

“Si el perro está caliente, sediento y en riesgo de deshidratación, esa necesidad puede prevalecer sobre evitar el agua en el recipiente”, afirmó.

En el ámbito doméstico, Teller señaló que compartir recipientes de agua entre perros que viven en el mismo hogar generalmente no representa un problema significativo, ya que estos animales suelen estar expuestos a los mismos agentes infecciosos.

Sin embargo, subrayó la importancia de lavar regularmente los recipientes de agua y comida con agua caliente y jabón para prevenir la acumulación de bacterias.

En algunos casos, puede ser preferible que los perros tengan recipientes separados, especialmente si uno de ellos requiere una dieta especial debido a una condición médica o si existe competencia entre ellos por el acceso al alimento.

“A menudo, los perros necesitan porciones diferentes de comida, y en muchos casos, uno puede requerir un cambio en su dieta por razones médicas, lo que puede ser más difícil de manejar si comparten un recipiente”, explicó Teller.