El mar es uno de los sitios con más misterios en el mundo, pues hasta la fecha solo pocas partes han sido descubiertas por el hombre, sin embargo, se sabe que hace millones de años la vida floreció en los mares y pronto colonizó la tierra firme.
Al pensar en este proceso poco pensamos en los sonidos que existían o que emitían las especies por lo que se cree que estamos en un inmenso mutismo que pudo haber durado casi 4 mil millones de años, pero que cambió con la ciencia.
El biólogo Gabriel Jorgewich-Cohen, doctorando de la Universidad de Zúrich (Suiza), demostró para el diario español ABC que esto no fue así y que el primer grito de la vida en la tierra sonó hace 407 millones de años, es decir, antes de lo que se pensaba.
El primer grito de la vida
La investigación de Cohen lo guió a hipotetizar que los vertebrados primitivos estaban dotados de una abertura similar a las fosas nasales externas con la cavidad bucal (parecido a la que tenemos los humanos) y sugiere que no se trataban de simples ruidos, sino que eran sonidos de comunicación que usaron para relacionarse.
Esto lo llevó a concluir que la comunicación acústica en los vertebrados proviene de animales, es decir, el habla es tan antigua como el pez pulmonado con coana.
Según el diario ABC “este investigador sospechaba que los científicos habían pasado por alto en sus estudios a algunos animales por pensar que eran incapaces de comunicarse. Decidió comprobarlo. Para ello escrutó 53 especies que se creían mudas: 50 tortugas, una tuátara; el pez pulmonado de Sudamérica; y la cecilia (anfibio que recuerda a la lombriz). Los ha espiado con sofisticados micrófonos e hidrófonos y ha certificado que no son muy parlanchines, pero tampoco son mudos”.
Las flatulencias de arenques y el conflicto internacional
A partir de esta investigación, Jorgewich-Cohen investigó varias especies consideradas mudas, descubriendo que las tortugas se comunican con sus crías y entre ellas, anfibios y arenques, aunque son estos los que llamaron más su atención pues su sistema de comunicación es a través de gases.
Según ABC las flatulencias “suben a la superficie a tragar aire y luego lo expulsan por el ano en pequeñas descargas. Las burbujas emiten un sonido como de fritura” y es justo esta reacción la que provocó una fricción intencional en 1994.
Todo sucedió entre Rusia y Suecia, estos últimos al escuchar ese ruido bajo el agua pensaron que se trataba de un submarino ruso que los espiaba en el mar Báltico. Según la BBC, aún los suecos tenían temor por la Guerra Fría, aunque esta ya había terminado.
Según en 1995 el gobierno decidió establecer una comisión para investigar las profundidades, en conversación con la BBC, Håkan Westerberg, un científico sueco “Todo era muy secreto pues ese sonido típico era la principal prueba de la infiltración. Me pidieron que investigara si había una explicación biológica para el ruido típico”
Después de investigar, Håkan Westerberg descubrió que el ruido venía “Tras varias investigaciones, resultó que ese sonido de cavitación era producido por visones nadando: alguien por casualidad los vio en el momento en el que hicieron la grabación [...] no se parece al estrépito de una hélice pero ellos tenían la idea de que se trataba de mecanismos secretos de propulsión”.
Al final solo se trató de las flatulencias de arenques suecos.
Los animales y aquellas especies que nos parezcan mudas, realmente tienen una forma de comunicación compleja que es casi invisible y altamente relacionada con las vías respiratorias que nosotros y otras especien tienen en la vida terrestre del planeta.