Un incidente en una piscina marcó el inicio de una extraordinaria relación entre Wallace, un peludo can blanco con gris, y su dueña, Allison Redgrave LaField.
Un día, la mujer sufrió un ataque de epilepsia mientras intentaba retirar un limpiador del agua. Al caer al fondo de la piscina, fue el can quien la guió hacia el aire y la salvó de una tragedia, de acuerdo con el American Kennel Club (AKC), registro de pedigrí que le otorgó un premio al can en 2024.
Este acto heroico no sólo selló el vínculo entre ambos, sino que también reveló las habilidades innatas del perro para detectar emergencias y brindar apoyo emocional, habilidades que lo llevarían a convertirse en un destacado perro de terapia.
La historia de Wallace
Wallace, un antiguo pastor inglés de 45 kilogramos, fue rescatado en 2020 por su dueña LaField cuando apenas era un cachorro de ocho semanas.
Proveniente de la organización dedicada al rescate de animales Homeward Bound San Antonio Great Dane Rescue, este perro encontró en su segunda oportunidad de vida una misión única: ser un apoyo invaluable para su dueña y muchos otros.
Allison descubrió que Wallace poseía una extraordinaria habilidad para detectar sus ataques epilépticos antes de que ocurrieran, lo que la llevó a entrenarlo y certificarlo como perro de terapia.
“Se me pone en la cara y resopla, luego levanta y baja su gran pata como si me estuviera saludando. Cuando me caigo, se queda de pie como una estatua y me deja apoyarme en él, para que pueda levantarme del suelo”, menciona la dueña al AKC.
Wallace recibió clases de entrenamiento, modales para mascotas, adiestramiento, terapia canina, trabajo de olfato y búsqueda. Una vez certificado por la Alliance of Therapy Dogs, Wallace comenzó su labor en el Brooke Army Medical Center (BAMC) en San Antonio, Texas.
Allí, se convirtió en una fuente de consuelo para pacientes militares, personal médico y visitantes que enfrentaban situaciones difíciles.
Wallace expandió su alcance tras el tiroteo en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, Texas, donde él y LaField fueron llamados a brindar apoyo emocional a las familias afectadas y a las fuerzas del orden.
A pesar de no tener entrenamiento específico para crisis, su capacidad para conectar con las personas fue calificada como única en este escenario de profundo dolor.
“Cuando una joven víctima de un tiroteo vio a Wallace por primera vez, lloró y le acarició las orejas…Cuando él le dedicó todo el tiempo que necesitaba, no podría haber estado más orgullosa de este perro perfecto”, mencionó Allison.
Un perro al servicio de la comunidad
Además de su trabajo en hospitales y zonas de tragedia, Wallace participa en actividades comunitarias, incluyendo sesiones de entrenamiento con atletas veteranos con discapacidades que se preparan para competencias como los Juegos Paralímpicos y los Juegos Invictus.
También visita regularmente el Harbour Hospice en San Antonio, reconfortando a pacientes en cuidados paliativos y sus familias.
En 2024, Wallace recibió el Premio a la Excelencia Canina en la categoría de perros de terapia, otorgado por el AKC Humane Fund. Este galardón destaca su impacto en hospitales y comunidades, así como su versatilidad al adaptarse a diversas situaciones, desde desastres naturales hasta la recuperación emocional.
Para LaField, Wallace no solo es un perro de terapia sino su compañero más leal y un verdadero héroe. “Me siento bendecida de tener a este animal sensible e inteligente en mi vida”, mencionó para el AKC.
“Si Wallace pudiera hablar, probablemente diría: ‘Es lo que hago, así que sigamos adelante y hagamos que cada día cuente’”.