Jazz y Zoey, dos perritas con un pasado singular, nacieron en la misma camada, pero el destino las llevó por caminos completamente diferentes.
Años después, un inesperado giro ha reunido a estas hermanas peludas, revelando una historia que trasciende cualquier imaginación.
Lo que comenzó como una adopción más en refugios distintos se transformó en un relato digno de ser contado. Gracias a una cadena de circunstancias insólitas y la intervención de sus dueños, se logró descubrir la conexión entre estas dos caninas separadas al nacer.
Una conexión más allá de la distancia
Un sorprendente giro del destino permitió que dos perras hermanas, separadas durante más de dos años, se reencontraran en el hogar de una misma familia.
Los dueños de Jazz y Zoey, dos cruces de husky siberiano y pastor belga malinois, descubrieron recientemente que ambas son hermanas biológicas, un hecho que salió a la luz tras realizar un análisis de ADN, según informó Santa Clara County Animal Services, una organización que brinda refugio y cuidado a animales sin hogar.
La historia, que ha conmovido a miles de personas, fue compartida a través de un video en la cuenta de Instagram de las perras, @jazzandzoeythehuskymalinois, el pasado 21 de diciembre.
El relato comienza con la adopción de Jazz, quien fue rescatada de un refugio tras haber sido abandonada en una jaula en plena noche, cubierta de suciedad.
Sus dueños, que inicialmente no tenían planes de adoptar un perro, se sintieron profundamente conmovidos al ver su fotografía en línea y decidieron darle un hogar. Jazz se convirtió rápidamente en su “compañera de aventuras para siempre”, según compartieron en redes sociales.
Años después, la pareja decidió abrir su hogar a otro perro en calidad de hogar temporal. Según detalló la organización, el refugio estaba en una situación crítica y necesitaba urgentemente familias que pudieran acoger a animales.
Fue entonces cuando notaron a una perra que tenía un asombroso parecido con Jazz. Movidos por esta coincidencia, decidieron llevarla a casa y la llamaron Zoey.
Sin embargo, el inicio de la convivencia no fue sencillo. Según el video compartido en Instagram, Zoey estaba aterrorizada por los humanos. Durante los primeros días, se negaba a salir de su jaula, no permitía que le colocaran una correa y solo aceptaba caricias mientras permanecía dentro de su espacio seguro.
A pesar de su miedo, mostraba un gran interés por conocer a Jazz, aunque inicialmente prefería interactuar con ella a través de un cristal.
Después de una semana y media de adaptación, los dueños decidieron presentar a las dos perras cara a cara. El resultado fue inmediato: ambas se mostraron afectuosas y conectaron de manera especial desde el primer momento. Zoey, poco a poco, comenzó a confiar también en sus cuidadores, quienes, tras tres semanas de convivencia, decidieron adoptarla oficialmente.
Un reencuentro inesperado
Lo que parecía ser el final feliz de la historia dio un giro aún más sorprendente cuando los dueños de Jazz y Zoey decidieron realizar un análisis de ADN a ambas perras.
Los resultados confirmaron que compartían el 49 % de su material genético, lo que indicaba que eran hermanas biológicas. Según el video publicado en Instagram, las perras habían sido encontradas en refugios distintos, separados por más de 48 kilómetros (30 millas) y con una diferencia de dos años y medio entre sus rescates.
“Siempre estuvieron destinadas a estar juntas”, expresaron los dueños en la publicación, acompañada de capturas de pantalla de los resultados del análisis genético. La revelación no solo emocionó a la familia, sino que también conmovió a los seguidores de la cuenta de Instagram, quienes celebraron el reencuentro de las hermanas.
“Definitivamente estaban destinadas a estar juntas”, “Hermosa historia y hermosos bebés”, “Me siento muy feliz por su futuro con ustedes, gracias por adoptarlas”, “No puedo creer que el destino las reunió. Qué feliz estoy por su familia”, fueron algunas de los comentarios que las personas dejaron en el perfil de las mascotas.