Más allá de sus tiernas miradas y suaves ronroneos, Monty y Molly no son gatos comunes, pues comparten una condición médica que ha conmovido a miles de personas en todo el mundo a través de redes sociales.
Unidos por el azar y una particularidad genética, los dos gatos se han convertido en un símbolo de resiliencia y amor incondicional.
Sus dueños, decididos a darles una vida plena, han demostrado que lo que algunos podrían considerar un defecto, es en realidad una característica que los hace únicos y entrañables.
El inicio de todo
Monty, un gato nacido con anomalías cromosómicas, llegó a la vida de Mikala Klein y su esposo, Michael, en 2013, marcando el inicio de una relación única y transformadora.
Según un post en el perfil de Facebook del felino, Monty fue adoptado de un refugio de animales cuando tenía tres años, después de haber sido rechazado por otros adoptantes debido a su apariencia física.
“Nace con anomalías cromosómicas, lo rescaté y lo adopté en un refugio de animales cuando tenía tres años. ¡Nadie quería a este pequeño por su apariencia! Ahora he sido un orgulloso padre gato durante dos años y es sorprendente ver lo feliz que está. Él me hace sonreír todos los días”, menciona la publicación de septiembre de 2015.
Monty, quien ahora vive felizmente con la pareja, ha llenado sus días de alegría y amor incondicional. Mikala compartió que ser “mamá de un gato especial” ha sido una experiencia enriquecedora, a pesar de los desafíos que implica cuidar a un animal con necesidades particulares.
Según la página de Purina, algunos de los síntomas asociados con el padecimiento de Monty incluyen dificultad visual, ojos separados, alteraciones en la coordinación motora, problemas cardíacos, tono muscular reducido, pérdida auditiva, además de características faciales como una nariz plana o respingada, entre otros.
“Sólo porque nacieron un poco diferentes no significa que no puedan tener una vida maravillosa”, expresó Mikala en una entrevista realizada por Love Meow, un blog dedicado a compartir historias de gatos.
Una nueva compañía
La historia de Monty dio un giro inesperado cuando Mikala descubrió a Molly, una gata calicó también nacida con una anomalía cromosómica que afecta la estructura de su nariz.
Según publicó Love Meow, Mikala encontró a la gatita a través de una publicación en Facebook, donde se buscaba un hogar para la felina. Al ver su foto, Mikala sintió una conexión inmediata y decidió ofrecerle un lugar en su familia. “Desde el momento en que vimos su foto, supimos que era nuestra chica”, comentó Mikala al medio.
Molly, quien había vivido como una gata al aire libre, llegó al hogar de Mikala y Michael con cierta cautela, pero rápidamente se adaptó a su nueva vida. Tras recibir atención veterinaria y ser esterilizada, comenzó a mostrar su personalidad cariñosa y juguetona.
La pareja quedó encantada con su disposición para recibir amor y su espíritu valiente. “Nos recuerda mucho a nuestro gato: es amorosa, perdona fácilmente y tiene la mente de un gatito”, explicó Mikala.
El proceso de integración entre los dos gatos no fue inmediato. Según consignó el medio, mientras Molly mostró interés y afecto hacia el felino desde el principio, él se mostró desconcertado por la atención de su nueva compañera.
Sin embargo, la persistencia de la gata, quien seguía a su nuevo hermano por toda la casa y le mostraba su vientre en señal de confianza, finalmente dio frutos. Una semana después de su llegada, los dos gatos compartieron su primer momento de cercanía, coincidiendo con el cumpleaños de Monty, el 1 de diciembre.
Desde entonces, los dos felinos se han convertido en inseparables. A través de redes sociales se puede ver a la pareja de gatos disfrutando jugando juntos y explorando el jardín cercado y adaptado para su seguridad.
Molly, quien admira profundamente a su hermano, lo sigue a todas partes, mientras que él ha aprendido a buscarla cuando no la encuentra. Mikala destacó que ambos gatos, debido a sus necesidades especiales, requieren un estilo de vida particular y no toleran bien la soledad, pero ahora tienen el apoyo mutuo que necesitan.
Según explicó Mikala al medio, aunque cuidar a estos gatos puede requerir un esfuerzo adicional, las recompensas emocionales son incalculables. “Ellos buscan constantemente amor y abrazos. Adoptar un gato con necesidades especiales requiere un poco más de trabajo, pero vale completamente la pena”, afirmó.