Perdita, una perrita que parecía haber encontrado su hogar definitivo, enfrenta nuevamente el abandono tras ocho meses con su familia adoptiva.
La historia conmovió a muchos cuando la organización que la rescató reveló que su adoptante decidió devolverla, amenazando con dejarla en la calle o someterla a eutanasia si no se le aceptaba de vuelta.
La situación expone una problemática común en la adopción de animales y cuestiona el compromiso de quienes deciden integrar a una mascota en su hogar.
El caso de Perdita
La historia de esta perrita fue compartida por Adopta un Ángel, una organización formada por rescatistas independientes en México que buscan dar difusión a casos de animales para que puedan encontrar una familia definitiva.
Perdita, una cachorra color blanco con manchas cafés fue puesta en adopción por la organización a inicios de año. En ese entonces tenía dos meses de edad y pesaba dos kilos con 300 gramos y estaba proyectada para ser de tamaño mediano.
“Es amorosa, cariñosa, activa, como todas las cachorras es traviesa, exploradora y le gusta jugar”, menciona la publicación de la organización.
Pocos días después, Perdita fue adoptada por una familia. La organización celebró el momento el 6 de febrero, compartiendo una fotografía donde los adoptantes aparecen firmando los papeles de adopción y posando con la perrita.
Sin embargo, ocho meses después, la familia se puso en contacto con la organización para devolver a Perdita. En una publicación en redes sociales, Adopta un Ángel compartió capturas de pantalla de la conversación mantenida con la dueña, mostrando los detalles del caso.
“Estamos muy tristes por esta situación. Cada vez la gente miente más al contestar un formato de adopción. Esta familia adoptó a esta pequeña hace ya 8 meses y después decidieron devolverla. Sabemos que pueden pasar muchísimas cosas, pero ninguna tan fuerte como para devolver a un miembro de la familia”, expresó la organización.
La conversación inicia con la dueña pidiendo que la organización recoja a Perdita. Cuando la rescatista solicitó explicaciones, la respuesta fue una amenaza de “echarla a la calle” si no la recibían. La dueña también intentó responsabilizar a la organización, afirmando que nunca le dieron seguimiento al proceso de adopción, a lo que la rescatista respondió que contaba con registros que desmentían esa acusación.
Entre las justificaciones dadas para la devolución, la dueña envió fotografías de objetos mordidos por la perrita, argumentando que su comportamiento era inaceptable. La rescatista explicó que morder objetos es común en cachorros y que requiere paciencia y educación. La dueña respondió: “No se educa y ya me cansé”.
Cuando la rescatista señaló que el contrato de adopción establecía que debía mantener a Perdita como parte de su familia, la dueña insistió en no quererla más, llegando incluso a mencionar la posibilidad de sacrificarla.
La devolución de la perrita
El 2 de septiembre, la organización compartió un video documentando la devolución de Perdita. En las imágenes se observa el momento en que la perrita es entregada por su dueña a la rescatista. La reacción de Perdita fue de evidente desconfianza, probablemente debido al tiempo que había pasado desde que dejó el refugio y se instaló en su hogar adoptivo.
En el video, Perdita intenta regresar con su antigua dueña, tirando de la correa y ladrando insistentemente. La rescatista, visiblemente afectada, explicó: “Estamos tristes porque ella tenía otras posibilidades. Nosotros les pedimos que llenen un formato de adopción donde se indica que el proceso de adaptación es de dos a tres semanas, pero desafortunadamente en este caso pasaron siete meses. La pequeñita sabe que nos la llevamos de su ´hogar´”.
Por su parte, la dueña justificó su decisión argumentando que la energía de Perdita se había vuelto difícil de manejar. “Hoy cumple ocho meses. Nosotros hicimos toda la lucha de darle un hogar a Perdita, pero por mi edad ya no la puedo sacar a pasear porque me arrastra, viene y se me echa encima, y pierdo el equilibrio”, comentó en el video mientras entregaba a la perrita.
Más tarde, la organización publicó otro video mostrando el momento en que Perdita llega de vuelta al refugio. Al bajarla del coche, la perrita ladra de manera constante y se rehúsa a avanzar, mostrando incomodidad y confusión por la situación.
“No saben cómo nos parte el corazón. Ella cree que la robamos y no, nos la devolvieron”, señaló la rescatista mientras grababa a Perdita, quien seguía resistiéndose a entrar al refugio.