Los protagonistas de esta historia, Marina, Libby y Bell, no son simplemente tres caballos; detrás de ellos hay relatos profundamente conmovedores que reflejan su capacidad de superación ante la adversidad.
Sus vidas estuvieron marcadas por el abandono y las duras condiciones en las que sobrevivieron antes de ser rescatados, pero su destino dio un giro inesperado hacia la esperanza y la renovación.
Cada uno de ellos carga con una historia única que los convierte en símbolos de fortaleza y resistencia. Después de enfrentarse a situaciones límite, lograron lo que parecía imposible: encontrar un hogar definitivo donde no solo estarían a salvo, sino también rodeados de afecto y cuidado.
Una historia de resiliencia
En un rincón del sur de Utah, rodeado por los imponentes paisajes del Monumento Nacional Grand Staircase-Escalante, tres caballos rescatados han encontrado un hogar donde la libertad y el cuidado son protagonistas.
Los equinos se unieron a una manada de nueve caballos en la propiedad de Gina DiLello y Grant Johnson, quienes decidieron adoptar a los animales tras conocer sus conmovedoras historias de rescate, según informó Best Friends Animal Society, organización estadounidense de protección animal.
El momento en que los tres caballos fueron liberados en los pastizales de su nuevo hogar fue descrito como profundamente emotivo. Gina recordó cómo, tras pasar un mes en corrales separados pero cercanos, los caballos se unieron y corrieron juntos por los campos verdes, enmarcados por los característicos acantilados de roca roja de la región. Este episodio marcó el inicio de una nueva etapa para los animales, que anteriormente habían enfrentado situaciones de abandono y peligro.
Libby llegó al refugio Horse Haven, parte del santuario de animales de la organización, tras ser rescatada de un caso de negligencia que involucró a 31 animales más. Poco después de su llegada, dio a luz a Bell, quien creció bajo el cuidado del santuario.
Marina y su madre, Emma, fueron rescatadas en un operativo cuando quedaron atrapadas en una playa cercana al Lago Powell, rodeadas por aguas crecientes que las dejaron aisladas.
Estas historias llegaron a oídos de Gina y Grant a través de un artículo publicado en el sitio web de la organización. Conmovidos por las experiencias de los caballos, la pareja decidió que su vasta propiedad, ubicada cerca de Boulder, Utah, sería el lugar ideal para ofrecerles una nueva vida.
Un final de cuento de hadas
La propiedad de Gina y Grant es un lugar que destaca tanto por su belleza natural, como por su enfoque en la sostenibilidad y la integración con el entorno. Según explicó Gina a Best Friends Animal Society, los caballos son una parte esencial del ecosistema de su hogar.
Los pastizales que irrigan para que los animales puedan alimentarse también sirven como hábitat de reproducción para la fauna silvestre de la región. Además, la pareja utiliza los caballos para explorar el área y liderar proyectos ambientales, como la eliminación de especies invasoras en los cauces de los ríos.
“Sabíamos que queríamos adoptar porque el terreno aquí es muy similar al lugar donde nació Marina, algo que incluso se puede ver si se camina desde los corrales”, comentó Gina a la organización.
Inicialmente, Gina y Grant planearon adoptar a Marina y Emma. Sin embargo, según explicó Ann Hepworth, entrenadora principal de Horse Haven, Emma ya había sido asignada a otro adoptante. En su lugar, la pareja decidió llevarse a Marina junto con Libby y su cría, Bell. Esta decisión, aunque inesperada, resultó ser perfecta para todas las partes involucradas.
“Fue como un final de cuento de hadas... Libby ya estaba entrenada como caballo de monta, ideal para aventuras de carga, y Bell era una de las compañeras más cercanas de Marina. Sabíamos que estaban yendo a un hogar fantástico donde serían profundamente amados”, afirmó Ann en entrevista con la organización.
Hoy en día, los tres caballos disfrutan de su vida en la manada, explorando los vastos paisajes de su nuevo hogar y formando lazos con los otros equinos. Gina destacó cómo Libby, inicialmente protectora con Bell, ha ganado confianza y se ha relajado en su entorno. Marina, por su parte, ha demostrado ser una fuente constante de entretenimiento con sus travesuras.
“Marina es mucho más pequeña que los otros caballos, así que ha estado subiéndose a la pila de estiércol para parecer más alta que los demás... También corre con la cola completamente levantada, como si estuviera mostrando su alegría”, declaró Gina.