En 2024, varias criaturas se posicionaron como inesperados protagonistas de historias que resonaron a nivel global, abarcando desde fenómenos virales hasta debates sociales, políticos y ecológicos.
Entre ellos destacó la hipopótamo pigmea Moo Deng, cuyo fenómeno viral, según reportó The New York Times, la llevó a conquistar audiencias en internet y a influir en el ámbito comercial y cultural.
Más allá de su carisma, las historias de estas criaturas reflejaron una conexión profunda con millones de personas, trascendiendo la curiosidad inicial para abrir diálogos sobre conservación, bienestar animal y la compleja relación entre humanos y otras especies.
Animales bajo los reflectores
Con solo dos meses de vida, Moo Deng no sólo conquistó Internet, sino que también inspiró un personaje en el programa Saturday Night Live, además, su popularidad trascendió las redes sociales, convirtiéndose en figura para comercializar productos como maquillaje, criptomonedas e incluso canciones virales.
Sin embargo, su estatus de estrella también expuso los riesgos de la viralidad asociada a animales salvajes.
Según Siobhan Speiran, geógrafa y especialista en bienestar animal de la Universidad de York, en Canadá, consultada por The New York Times, la exposición mediática de especies en peligro de extinción, como los hipopótamos pigmeos, puede incentivar su demanda como mascotas, lo que representa una amenaza significativa para su conservación.
Otro caso que captó la atención mediática fue el de Pesto, un polluelo de pingüino rey nacido en el acuario Sea Life de Melbourne, Australia, que se volvió un fenómeno viral gracias a su peculiar apariencia. Según informó la agencia de noticias Associated Press (AP), el joven pingüino pesaba 22.6 kilogramos (49,8 libras) y estaba cubierto por un denso plumaje marrón.
A medida que crece y comienza su periodo de emplumamiento, Pesto ha empezado a desprenderse de su característica capa marrón para dar paso al clásico plumaje blanco y negro de un pingüino rey joven. Sus cuidadores esperan que, durante este proceso, baje aproximadamente 15 kilogramos de peso.
El ámbito marino también ofreció historias sorprendentes en 2024. Según consignó The New York Times, una familia en Oklahoma descubrió que su pulpo mascota, llamado Terrance, no solo había sido identificado erróneamente como macho, sino que había puesto 50 huevos fecundados.
Este hallazgo desencadenó un esfuerzo monumental por parte de los Clifford para mantener con vida a las crías, lo que atrajo la atención de miles de personas en internet.
Por otro lado, en el Aquarium & Shark Lab de Carolina del Norte, una raya llamada Charlotte generó un frenesí mediático al parecer embarazada, a pesar de no haber convivido con machos de su especie.
Las teorías sobre su estado incluyeron la partenogénesis, un fenómeno en el que los huevos se desarrollan sin fertilización, y la posibilidad, descartada por expertos, de un cruce con un tiburón macho.
Charlotte falleció en julio tras desarrollar una enfermedad reproductiva, según informó el Aquarium and Shark Lab en Hendersonville.
Los animales en el centro del debate político
En el ámbito político, los animales también jugaron un papel destacado en 2024. La gobernadora de Dakota del Sur, Estados Unidos, Kristi Noem, enfrentó críticas tras admitir que mató a su perro, algo que afectó sus posibilidades como candidata a la vicepresidencia.
Según The New York Times, Noem relató que mató a su perro Cricket, un perro pointer de 14 meses, al considerarlo “peligroso” y “sin valor” como perro de caza. Según los fragmentos publicados, el animal había arruinado un viaje de caza, matado gallinas y mordido a la gobernadora, por lo que decidió dispararle en una zanja.
El presidente electo Donald Trump también avivó debate tras afirmar que las personas migrantes haitianos en Ohio se estaban comiendo a los perros y gatos de los residentes.
En el ajetreo de la contienda electoral estadounidense, los republicanos utilizaron la eutanasia de una ardilla llamada P’Nut como símbolo de campaña, pues autoridades de Nueva York sacrificaron a una ardilla y un mapache que vivían en cercanía con humanos, bajo el argumento de que representaban un posible riesgo sanitario para la comunidad.
Sin embargo, este hecho rápidamente se volvió viral y, en cuestión de horas, el incidente pasó de ser un tema de salud pública a un asunto político, que enfrentó a los dos partidos.
Otro caso mediatico fue el de Nibi, un castor rescatado que desarrolló una afinidad por los pistachos y los humanos, fue considerado inadecuado para regresar a la naturaleza.
El animal, que fue encontrado a un costado de la carretera, se mostraba renuente a convivir con otros de su especie.
Ante esta situación Nibi permaneció en el New House Wildlife Rescue, una organización sin fines de lucro que ayuda a animales salvajes heridos y huérfanos en Massachusetts, Estados Unidos.
El búho real euroasiático Flaco, que escapó del zoológico de Central Park, se adaptó con éxito a la vida en la ciudad de Nueva York, demostrando ser un depredador eficaz. Inicialmente, las autoridades intentaron capturarlo, pero al observar que había mejorado sus habilidades de vuelo y caza, abandonaron los esfuerzos y permitieron que continuara en libertad.
Sin embargo, la agencia de noticias Associated Press (AP) notificó el 25 de febrero que su historia tuvo un desenlace trágico cuando murió tras colisionar con un edificio.