El Capitolio de Estados Unidos guarda muchos secretos y leyendas, como la del ingeniero fantasma que antes de morir durante la construcción del edificio lo maldijo o la del bibliotecario que aparece en la sede del Poder Legislativo estadounidense. Pero la que más años ha prevalecido es una que involucra a un gato que pasea por los pasillos.
Según el sitio de la revista sobre ciencia, National Geographic, la primera aparición de este gato se registró en 1890 y desde entonces es considerado como un presagio de acontecimientos trágicos.
La Asociación Histórica de la Casa Blanca explicó en su página web que “las huellas del felino pueden verse en el suelo de cemento de la pequeña rotonda del Senado, cerca de la entrada a la Antigua Sala del Tribunal Supremo”
Se dice que Demon Cat, por sus siglas en inglés “D.C”, ha aparecido en 1929 año del crack bursátil, 1963 en el asesinato del presidente John F. Kennedy y en el asesinato de Abraham Lincoln en 1865.
Origen del gato demonio
La Asociación Histórica de la Casa Blanca menciona que otra posible explicación es la influencia de Tige o conocido como Tiger un gato propiedad de Calvin Coolidge y la primera dama Grace Coolidge.
“Tige vivía en la Casa Blanca, pero le gustaba visitar otros edificios federales de vez en cuando, y a menudo desaparecía durante días seguidos. Cuando Tige se fugó, se informó ampliamente de ello en los medios, lo que generó una considerable cantidad de atención por su acto de desaparición. La pasión por viajar de Tige puede haber contribuido a la creencia de que el Gato Demonio ocasionalmente cambiaba de ubicación”, explicó la asociación.
Steve Livengood, historiador público de la Sociedad Histórica del Capitolio de los Estados Unidos, afirma que probablemente todo se originó por un guardia en estado de ebriedad.
“Después de dormir la borrachera, probablemente se despertó con un felino ratonero en el sótano, que parecía más grande que la vida real ya que el guardia estaba acostado”. .
Al compartir la historia se corrobora la explicación de Livengood, ya que según la Asociación “quienes trabajaban en turnos de noche en las solitarias entrañas del Capitolio y la Casa Blanca pueden haber intercambiado sobre lo que vieron y presenciaron”.
Por qué los gatos se encuentran involucrados en mitos
Los felinos demoníacos fueron muy comunes en el siglo XIX y de hecho siglos atrás ya había muchas otras historias relacionadas con félidos en todo el mundo, según National Geographic “los estudiosos atribuyen a la ubicuidad de estos relatos a los cuerpos y comportamientos de los gatos, desde sus sonidos de ‘otro mundo’ hasta sus hábitos nocturnos y sus ojos brillantes”.
Otra explicación es que son animales relacionados con la brujería y la superstición, pues los gatos se muestran como seres místicos en muchas culturas, se encuentran ligados con los sueños y la protección de energías.
En la edad media los félidos se les vinculaba con los magos, según la plataforma especializada en mininos, Mirringo, afirma “Algunos historiadores consideran que el origen de esta leyenda se debe a que las personas con conocimientos botánicos, físicos y estándares altos de higiene eran catalogados como hechiceros o brujos, para ellos los gatos eran su método de control de plagas y por eso, los cuidaban con gusto. Fue el papa Gregorio IX comenzó con la persecución de brujos y gatos”.
Aunque en la actualidad el estigma de que son animales malditos o de mala suerte se ha ido disipando y se intercambió por el cariño hacia los félidos, la leyenda del gato demoníaco del capitolio sigue aterrorizando a los ciudadanos estadounidenses que temen encontrarlo dentro de la sede del Poder Legislativo.