De belugas expresivas a pájaros amables, los comportamientos animales que enternecieron a la ciencia

Desde gestos de cortesía hasta formas curiosas de comunicación, los animales nos muestran su lado más lindo

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Las belugas mueven la protuberancia que tienen en la frente para comunicarse (Steve Snodgrass /Wikimedia)
Las belugas mueven la protuberancia que tienen en la frente para comunicarse (Steve Snodgrass /Wikimedia)

La naturaleza no deja de sorprendernos, y a veces, también de conmovernos. Este año, una serie de descubrimientos científicos ha revelado comportamientos animales que parecen sacados de una historia encantadora.

Desde pájaros, belugas y osos, muchos animales nos demuestran que, sin importar la especie, todos tienen un lado tierno.

Estos datos no sólo ofrecen un vistazo al comportamiento sorprendente de los animales, sino que también nos invitan a reflexionar sobre cómo la ciencia puede revelar el lado más adorable de la naturaleza.

La ternura en la naturaleza

Un estudio descubrió que las aves repiten los gestos que hacen para cantar mientras sueñan (Diego Delso/ Wikimedia)
Un estudio descubrió que las aves repiten los gestos que hacen para cantar mientras sueñan (Diego Delso/ Wikimedia)

La revista científica Scientific American recopiló varios datos interesantes y adorables sobre diferentes especies descubiertos este año, donde se destacan hallazgos que capturan no sólo la complejidad del comportamiento animal, sino también su capacidad para generar ternura y fascinación.

Un ejemplo de este comportamiento es el de los pájaros. Al igual que algunas personas que hablan entre sueños, un estudio titulado Sintetizando los sueños de las aves descubrió que los cerebros de algunos pájaros muestran patrones de actividad similares a los que se generan cuando cantan despiertos.

Los científicos de la Universidad de Bueno Aires, Argentina, descubrieron que los músculos vocales de las aves tienen actividad mientras sueñan, replicando en silencio los movimientos necesarios para producir sus melodías.

“Los investigadores implantaron electrodos en los cerebros de los pinzones mandarín y los kiskadees comunes. Los pinzones, que tienden a aprender nuevos sonidos y canciones, parecían ensayar sus melodías en silencio, mientras que los kiskadees comunes, con su repertorio más limitado, no lo hacían”, menciona Scientific American.

Una comunicación diferente

Cuatro belugas fueron monitoreadas por más de 200 horas para descubrir nuevas formas de comunicación (Stan Shebs/ Wikimedia)
Cuatro belugas fueron monitoreadas por más de 200 horas para descubrir nuevas formas de comunicación (Stan Shebs/ Wikimedia)

Las belugas tienen una masa de tejido graso en la frente llamada “melón” que mueven para comunicarse entre sí. De acuerdo con el estudio publicado en la revista Animal Cognition estos mamíferos lo agitan, empujan y golpean estas protuberancias para transmitir algo parecido a las expresiones faciales.

Los científicos monitorearon cuatro belugas en el Mystic Aquarium de Connecticut por más de 200 horas y descubrieron cinco formas distintas en las que utilizaban el “melón”.

Sacudir este tejido se relaciona con el cortejo de los machos hacia las hembras, mientras que los empujones podrían ser muestras de agresión.

¿Amigos o depredadores?

Aunque son animales peligrosos, los osos nos provocan ternura (Erinn Hermsen/Polar Bears International)
Aunque son animales peligrosos, los osos nos provocan ternura (Erinn Hermsen/Polar Bears International)

Aunque los osos son conocidos como feroces depredadores, su apariencia puede contradecir esta imagen, ya que a menudo se perciben como animales adorables. Esta percepción podría estar influida por su representación en el folclore de diversas culturas, donde suelen considerarse cercanos a los humanos.

El parecido físico también desempeña un papel importante. Según Rae Wynn-Grant, ecóloga e investigadora de la Universidad de California en Santa Bárbara, un humano a cuatro patas puede parecerse a un oso, y viceversa.

Además, su pelaje denso, aparentemente perfecto para acariciar, y sus pequeñas orejas les dan una apariencia que recuerda a los perros, animales que sí han sido domesticados y se han convertido en compañeros cercanos de las personas.

Ojos de cachorro

Esta especie también puede hacer un tierno gesto que identificamos en los perros  ( Derek Keats   / Wikimedia)
Esta especie también puede hacer un tierno gesto que identificamos en los perros ( Derek Keats / Wikimedia)

Muy pocos dueños de mascota pueden resistirse ante la tierna mirada que su compañero le obsequia cuando quiere algo. Sin embargo, los “ojos de cachorrito” no se limitan unicamente a los perros.

Una investigación de la Universidad Duquesne de Pittsburg, Pensilvania descubrió que los perros salvajes africanos también pueden hacer este gesto y se cree que desarrollaron los músculos de las cejas para comunicarse entre sí.

Un gesto de amabilidad

Esta especie hace un tierno gesto de amabilidad a su pareja al entrar al nido (Alpsdake/ Wikimedia)
Esta especie hace un tierno gesto de amabilidad a su pareja al entrar al nido (Alpsdake/ Wikimedia)

Los humanos utilizan muchos gestos para comunicarse sin palabras; sin embargo este comportamiento también puede observarse en el mundo animal.

Una investigación publicada en la revista Current Biology analizó el comportamiento de ocho parejas de las aves carboneras chinas y descubrió que al entrar a su nido los machos parecían agitar las alas para decir “después de tí” a su pareja.

Los investigadores sugieren que este comportamiento puede considerarse un gesto simbólico, ya que se manifestaba exclusivamente hacia la pareja, cesaba una vez que ésta ingresaba a la caja nido y lograba incentivar su entrada sin necesidad de contacto físico.

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