Los perros son considerados como animales con gran inteligencia emocional, pues en muchas ocasiones su empatía les permite interpretar situaciones que en esencia no entenderían, por ejemplo, una discusión.
Al advertir un conflicto o pelea de sus familiares comprenden que se trata de una situación de tensión lo que conlleva a que “tomen partido” aquellos que consideren víctimas aunque no siempre aciertan, esto provoca que después de una discusión los perros consuelen al agraviado y busquen darle protección.
Este comportamiento llamó la atención de los investigadores de la Universidad de Buenos Aires, quienes decidieron observar la reacción de 23 perros de distintas razas y las reacciones que tenían ante un momento de tensión.
La reacción de los perros ante una discusión
La prueba se realizó en una puesta de teatro en la que una de las dos personas tomaba el papel del “agresor” y el otro de una “víctima” en una discusión.
Según la investigadora principal de la prueba, la doctora Mariana Bentosela “al principio de la investigación, ambos hacían ademán de apoderarse de un objeto colocado entre ellos. Acto seguido, en la llamada fase de conflicto, el “agresor” empezaba a gritarle a la “víctima”, se apoderaba del objeto y hacía gestos de enfado con el brazo. Posteriormente, en la llamada fase postconflicto, ambos humanos se sentaron sin mirarse, fingiendo estar enfadados.”
Después de esta escena, Mariana Bentosela y su equipo observaron a los canes durante la fase de tensión y postconflicto, según los investigadores “durante la fase de conflicto, los perros miraban más a las víctimas que a los agresores y se quedaban cerca de ellos, lo que se denomina comportamiento afiliativo” también señalaron que evitaban el contacto con el agresor y preferían estar cerca de la víctima.
Otros perros mostraron estrés ante la situación, según el equipo, porque fueron contagiados de forma emocional por los humanos o por temor de que la agresión se desviara hacia ellos.
Por qué los perros consuelan a quiénes pierden la discusión
Bentosela y su equipo mencionan que la razón de esta conducta es porque los perros perciben a su humano como miembro de la “manada”, por lo que al consolarlo se busca favorecer la relación del grupo, en sus palabras “El ofrecimiento de consuelo es una de las estrategias que los individuos despliegan para el manejo de los conflictos que surgen en los grupos”.
El estudio señala cuatro funciones del comportamiento al consolar a la víctimas:
- Reducir el estrés de la víctima después del conflicto
- Reducir el propio estrés del animal
- Actuar como un “reemplazo” para la reconciliación con el agresor si esta no se produce inmediatamente
- Restaurar la relación entre las partes enfrentadas
Los perros desconocen quién es la víctima de la situación, al menos desde el punto humano, ellos tienen una reacción de enfado ante el suceso y protegen a los que consideran que van perdiendo la discusión.
Por ejemplo, si se le regaña a un niño, el perro lo verá como alguien débil y que por ende debe proteger, la investigación señala la hipótesis de que “Otra línea de indagación refiere a la posible existencia de una correlación entre el consuelo y otras conductas prosociales, como la ayuda instrumental o las conductas de rescate” lo que implicaría que si ellos en un futuro son regañados o agredidos, el humano al que consolaron hagan lo mismo por ellos.
Pruebas en otros animales
Estas pruebas se realizaron con otros animales como primates, cerdos, lobos y aves.
En el caso de los simios al haber una jerarquía, los miembros que comparten vínculos sociales tolerantes en el que se consuelan los unos a los otros como un símbolo de afiliación post conflicto que disminuye el estrés de la víctima.
En cerdos domésticos el consuelo se encontró como contactos nariz-nariz y se ha demostrado una reducción en los niveles de estrés de la víctima, medidos como disminución de la frecuencia de conductas autodirigidas.
En el caso de los lobos, tanto en cautiverio como en libertad, se evidencia el consuelo con conductas de contacto, tales como lamido y la unión de nariz-cuerpo durante el período post conflicto.
Finalmente, se encontró que durante el consuelo las aves realizan movimientos sincronizados de cola y entrelazan sus picos, mientras que los cuervos y las grajillas usan, además, los contactos pico-a-pico, el sentarse en contacto y el acicalamiento recíproco como conductas de aliento.