México alberga una gran biodiversidad marina gracias a su ubicación entre los océanos Pacifico y Atlántico. Sus extensas costas, arrecifes de coral, manglares y marismas crean hábitats variados que sostienen una amplia gama de especies acuáticas como peces, moluscos, cetáceos y corales, de las cuales algunas son endémicas.
La fauna marina en territorio mexicano se ha convertido en un motor turístico del país, pues el avistamiento de ballenas grises y jorobadas es uno de los principales atractivos de Los Cabos, La Paz o Huatulco en la temporada invernal.
Sin embargo, la naturaleza ha demostrado que las especies marinas están en constante cambio, y algunas pueden abandonar ciertas zonas por diferentes circunstancias. El científico mexicano, Héctor Pérez-Puig, comenzó a notar la disminución del avistamiento de cachalotes en el Golfo de California desde 2015, por lo que investigó las posibles causas.
¿Por qué los cachalotes abandonan las playas mexicanas?
Héctor Pérez-Puig, biólogo marino originario de la Ciudad de México, emprendió una investigación coordinada por el Programa de Mamíferos Marinos del Centro de Estudios Prescott para determinar la razón de los pocos avistamientos del cetáceo en las aguas mexicanas.
Los resultados del estudió se publicaron el pasado octubre y se determinó que la paulatina desaparición de cachalotes está relacionada con el desplazamiento del calamar de Humboldt o calamar gigante, la principal presa del mamífero marino .
“La dieta de los cachalotes está prácticamente compuesta por calamares. Esta disminución que vimos en los avistamientos, la relacionamos con el alimento que consumen los cachalotes —los calamares— y con la pesquería o la cantidad de estos mismos en la región, que igualmente estuvo disminuyendo”, declaró el biólogo mexicano en una entrevista para el sitio ambientalista Mongaby.
Asimismo, la razón del desplazamiento del calamar gigante corresponde al incremento de temperatura de las aguas del golfo de California derivadas del fenómeno climático conocido como “El Niño” y a la contaminación de los océanos.
“El calamar es una especie muy susceptible a estos cambios ambientales. Lo primero que impacta en la población es su talla. Una vez que la temperatura empieza a incrementar, vamos a encontrar calamares cada vez más pequeños. Eso es lo que quizás detonó que los cachalotes se vieran obligados a moverse a otras zonas dentro del Golfo de California o lo que nosotros sugerimos es que incluso hayan tenido que salir de allí a buscar otras zonas para alimentarse, porque la cantidad de calamar ya no era suficiente para sostener su población”, comentó el experto para Mongaby.
La desaparición del “coloso” de los mares
El Physeter macrocephalus, mejor conocido como cachalote es una especie de mamífero marino del infraorden Cetácea que puede alcanzar hasta los 18 metros de largo y un peso de 45 toneladas, lo que los posiciona como el depredador dentado más grande del reino animal y una de las especias más grandes del planeta según información de la revista National Geographic.
Sin embargo, a pesar de no tener depredadores, su gran tamaño les ha jugado en contra a la hora de mantenerse fuera de peligro, ya que necesitan grandes cantidades de alimento y provoca constantes accidentes con embarcaciones. Además, estos cetáceos se caracterizan por sus bajos niveles de fertilidad ya que solo pueden tener una cría cada 5 o 7 años según información de la agencia EFE.
Para promover la conservación del cachalote, Dominica, un país caribeño decretó la protección del mamífero como prioridad nacional en 2023 y declaró como reserva a casi 300 millas cuadradas (800 kilómetros cuadrados) de aguas para su conservación.
“Queremos asegurarnos de que estos majestuosos y altamente inteligentes animales estén a salvo de cualquier daño y continuar manteniendo nuestras aguas y nuestro clima saludables”, dijo el primer ministro de Dominica, Roosevelt Skerrit, en un comunicado.