Salmy, el adorable perrito rescatado que ayuda a reciclar aceite en Ciudad Universitaria

En un esfuerzo conjunto, los académicos y un tierno canino promueven la correcta recolección de aceite, mitigando el impacto ambiental

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Salmy es un miebro del Grupo Vilma Incluyente, asociación civil que junto con la Facultad de Química recolecta aceite usado para fabricar jabones (UNAM Global)
Salmy es un miebro del Grupo Vilma Incluyente, asociación civil que junto con la Facultad de Química recolecta aceite usado para fabricar jabones (UNAM Global)

En el corazón de Ciudad Universitaria, donde estudiantes, profesores y visitantes confluyen cada día, un pequeño héroe de cuatro patas está transformando una rutina cotidiana en un gesto por el planeta.

Acompañado por miembros de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Salmy es el rostro visible de una innovadora campaña que promueve el reciclaje de aceite usado.

Esta iniciativa busca no solo reducir el impacto ambiental de este residuo, que suele terminar contaminando ríos y suelos, sino también generar conciencia sobre la importancia de adoptar prácticas responsables y sostenibles.

Un defensor del medio ambiente

Salmy acompaña a  Juana Villada a recoger aceite de distintos locales en Ciudad Universitaria (UNAM Global)
Salmy acompaña a Juana Villada a recoger aceite de distintos locales en Ciudad Universitaria (UNAM Global)

Salmy es mucho más que un perrito; es el rostro tierno y motivador de una causa ambiental que está transformando hábitos en Ciudad Universitaria, de acuerdo con la revista UNAM Global.

Como miembro estrella de la Asociación Vima, una asociación civil que colabora estrechamente con la Facultad de Química de la UNAM, Salmy se ha convertido en un símbolo de conciencia ecológica, promoviendo el manejo adecuado del aceite comestible usado.

Cada día, Salmy acompaña a Juana Villada, química en alimentos egresada de la UNAM y fundadora de la asociación, y estudiantes de la facultad en sus recorridos por los locales de los alrededores de Ciudad Universitaria. Con paso alegre, entra a los establecimientos como un visitante habitual, siempre listo para cumplir su misión.

Después, sube a su pequeño carrito especialmente diseñado, desde donde supervisa con entusiasmo el traslado de los recipientes de aceite.

A sus 7 años, este carismático mestizo blanco muestra un apego especial por la Facultad de Química, donde no sólo se siente como en casa, sino que también recibe a los participantes de la campaña con entusiasmo.

Desde su puesto en la explanada, Salmy saluda con su inconfundible energía a quienes llegan con su aceite reciclado, convirtiéndose en un puente entre la comunidad y la sostenibilidad.

Una creativa solución

Salmy posa a fuera de la Facultad de Química, recinto donde se recicla el aceite usado (UNAM Global)
Salmy posa a fuera de la Facultad de Química, recinto donde se recicla el aceite usado (UNAM Global)

Vestido con una simpática playera blanca que lleva el lema de la campaña, “Quitándote grasa, sacando espuma”, Salmy encarna el ciclo virtuoso de esta iniciativa: recolectar aceite usado para transformarlo en jabón, un ejemplo perfecto de cómo los desechos pueden convertirse en soluciones útiles.

Un estudio realizado en 2015 por el Consorcio de Aguas de Bilbao Bizkaia y recuperado en 2023 por la SEDEMA señala que un litro de aceite usado tiene una capacidad contaminante muchísimo mayor que las aguas residuales comunes: 5,000 veces más.

Además, un solo litro de este aceite puede contaminar hasta 40,000 litros de agua, lo que corresponde al consumo de agua de una persona en un año en su hogar.

Preocupada por el problema del uso y desecho del aceite de cocina, Juana Villada acudió a la Facultad de Química para compartir sus inquietudes. La académica visitó comercios de 2013 a 2018 para documentar cómo era el manejo del aceite en comercios y puestos ambulantes.

“Lo que observé es que hay quienes lo reciclan hasta por seis meses y no es que el aceite tenga una vida útil tan larga, sino que tras freír lo vuelven a colectar y lo vacían en botes y bidones para usarlo de nuevo”, comentó para la revista de la UNAM.

“Incluso hay comerciantes que preparan sus papas un día y no repiten este proceso sino hasta siete días después, ¿cómo lo almacenan? También llegué a ver que lo vertían directo a las alcantarillas”, agregó.

Aunque existen procesos para producir biodiesel a partir del aceite usado, la asociación VIMA encontró una alternativa más económica y decidieron producir jabones.

Desde febrero de 2024, Juana Villada tiene un espacio en la Facultad de Química para transformar el aceite de cocina usado, tarea que requiere su caracterización para su adecuado tratamiento, ya que aceites como el de canola, maíz o soya tienen comportamientos diferentes.

Este proceso cuenta con la colaboración de Juan Carlos Ramírez Orejel, técnico académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, donde se realizan análisis físico-químicos para evaluar el estado del aceite, verificando índices como peróxido, acidez, saponificación y densidad.

Si tienes aceite usado, deja que se enfríe y cuélalo para eliminar los restos de comida. Luego guárdalo en un envase hermético, etiquétalo y llévalo a la Facultad de Química o a cualquier centro de acopio en el país, donde se le dará un uso sustentable.

Puedes encontrar a Salmy y a Juana Villada los viernes de 10:00 a.m. a 2:00 p.m. en el Edificio A de la Facultad de Química, específicamente en el espacio conocido como “El Búho”.

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