Chris Miles y su esposa Danielle tienen una familia que vive en McMinnville, Oregón y que está conformada por sus tres hijos -Roman, de 13 años, y las gemelas, Raelynn y Jaden, de 9 años- y por Madison. Miles se mudó al lugar en 2001 para jugar fútbol en la Universidad Linfield, pero se quedó después de conocer a Danielle. Fue hasta 2006 cuando se casaron y por un tiempo fueron solo ellos dos.
En el verano de 2009, la esposa de Chris regresó a casa de una despedida de soltera con un cachorro con un cartel de “perro gratis”, a quien llamaron Madison. Aunque el nombre originalmente estaba reservado para su primer hijo, al ver a la pequeña cachorra quedaron completamente enamorados.
“El veterinario pensó que su mes de nacimiento era mayo, que también era mi mes de nacimiento, así que la llamamos Madison May Miles. Era nuestra ‘mestiza de raza pura’. Un poco de pitbull, un poco de boxer, un poco de labrador y mucho amor”, contó Miles en sus redes sociales.
Era tanto el amor por esta perrita que incluso se mudaron de casa, ya que donde rentaban no aceptaban mascotas. Madi llenó las vidas de Danielle y de Chris de mucha alegría y fue fundamental para no sumergirse en la tristeza debido a las complicaciones que enfrentaron para tener hijos.
Dos años después de la llegada de Madi, en 2011, nació Roman, el primer hijo de la pareja. Para 2016 completaron su familia con la llegada de las gemelas Raelynn y Jade. Este último parto resultó muy complicado. Afortunadamente, solo necesitaron unos días en el hospital para poder volver a casa, donde Madi esperaba a las nuevas integrantes.
Con el pasar de los años, Danielle consiguió un trabajo que le permitió a Chris Miles trabajar en casa en su negocio de diseño. Durante ocho años, fue un padre que se quedaba en casa y por fortuna tenía una compañía y ayuda inseparable: Madi. “Madi estuvo conmigo todo el tiempo. Cuando me quedaba despierto hasta tarde trabajando o mimando a una de las bebés, ella estaba a mis pies. Se acostaba y parecía querer ayudar con los cuidados”, escribió Miles.
Sin embargo, la vida de la familia cambió hace tres años, cuando Madi comenzó a tener severos problemas de salud, que se agravaron por la edad de la canina.
La carta de despedida para Madi
Una visita al veterinario, en el verano de 2021, reveló que Madison tenía cáncer y que no llegaría a la Navidad de ese año. Sin embargo, Madi desafió las probabilidades y sobrevivió por mucho tiempo más, a pesar de que, según las palabras de Miles, “definitivamente se estaba deteriorando”. El tiempo extra que tuvo la perra fue una bendición para la familia, ya que la consideraban como la primera hija.
A raíz del cáncer, Madi estaba prácticamente ciega y casi había perdido la audición; tampoco tenía fuerzas para caminar ni suficientes ánimos para seguir jugando, lo que demostraba que la enfermedad estaba progresando hasta un punto en el que la vida cotidiana se estaba volviendo difícil para ella. Por ello, Danielle y Chris Miles tomaron la decisión de que Madison “se fuera al cielo”.
Si bien ya era difícil afrontar lo que ocurriría, contar la noticia a sus hijos fue desgarrador. “Fue el día más triste de todos. Todos sufrimos a nuestra manera. Aparte de mí y Dani, Jaden probablemente fue la más afectada. Parecía que ella amaba más a Madi, porque solía ser quien la alimentaba, le daba más golosinas de las que le permitían y la abrazaba todo el tiempo”, relató Miles en su cuenta de TikTok.
Antes de que Madi fuera llevada al veterinario, Jaden preguntó si podía escribirle una “carta de despedida”. Chris preguntó si podía grabarla leyéndola a Madison, y la pequeña de 9 años dijo que sí. “Adiós Madi, te amamos. Te amé cuando estabas aquí y todavía te amo cuando te vas”, dice Jaden en el video publicado en la cuenta de TikTok de Miles, @doublenickel_55.
En la grabación, Chris agregó que ha visto el video miles de veces y aseguró que “parece como si Madi reconociera a Jaden y asintiera como si lo supiera. Tal vez Jaden no fue la única que se despidió ese día”, finalizó.
Sobrellevar el duelo de un perro con cáncer
El duelo por la enfermedad de un perro con cáncer es una experiencia emocionalmente desafiante que requiere atención y apoyo. Informarse sobre el cáncer canino, sus tipos, síntomas y opciones de tratamiento es esencial para entender la situación de la mascota y tomar decisiones informadas respecto a su cuidado y afrontar con mayor claridad el proceso.
De acuerdo el Manual de Veterinaria de Estados Unidos, el cuidado del perro en esta etapa debe enfocarse en garantizar su calidad de vida. Seguir las recomendaciones veterinarias sobre tratamientos, cuidados paliativos y ajustes en su dieta y rutina de ejercicio es fundamental para mantener su bienestar. Además, crear momentos significativos compartidos, como paseos ligeros, tiempo de juego, y momentos que fortalezcan el vínculo y aporten consuelo tanto al can como a su cuidador.
Un artículo de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) señala que de suma importancia buscar apoyo emocional para afrontar esta situación. Hablar con amigos, familiares o unirse a grupos que pasaron por algo similar puede brindar consuelo y comprensión. En casos donde el duelo se torne abrumador, se puede recurrir con un terapeuta que ayude a proporcionar herramientas para gestionar la tristeza y la ansiedad. Esta opción también es útil si no sabe cómo hablar sobre el tema con los niños pequeños de la familia.
A lo largo del proceso, aceptar y procesar las emociones es una parte natural del duelo. Reflexionar sobre los buenos momentos vividos junto a la mascota y conservar recuerdos mediante fotografías o escritos puede ser una forma de honrar su vida. Cada persona vive el duelo de manera diferente, pero cuidar tanto de sí misma como de su mascota puede marcar una gran diferencia en cómo se enfrenta esta etapa, permitiendo honrar el vínculo compartido y brindar un cierre amoroso y respetuoso al tiempo juntos.