En un acto de valentía digna de los más grandes héroes, K9 Jardo, un perro policía de la unidad canina del Departamento de Policía de Boise, dio su vida por la seguridad de su comunidad.
Con tan solo seis años, Jardo ya había demostrado ser un compañero invaluable, enfrentándose a situaciones extremas con una lealtad inquebrantable. Sin embargo, durante un operativo de alto riesgo, un disparo lo alcanzó, dejándolo gravemente herido.
A pesar de la intervención médica y la transfusión que le salvaron la vida momentáneamente, su muerte fue inevitable.
El valiente acto de Jardo
El K9 Jardo, un belga malinois de seis años, prestaba servicio en el Departamento de Policía de Boise, Idaho. En 2017 su vida se truncó trágicamente tras recibir un disparo cuando se enfrentaba a un sospechoso armado en una operación policial.
Fue trasladado inmediatamente al Centro de Emergencias y Especialidades Animales WestVet, donde fue tratado de múltiples heridas de bala, una de ellas en el pecho.
En un notable acto de solidaridad, dos perros, mascotas de miembros del personal de WestVet, donaron sangre al perro, proporcionándole una transfusión crucial para salvarle la vida. La operación fue un éxito y había esperanzas de que se recuperara totalmente.
Sin embargo, a pesar de los valientes esfuerzos del equipo médico y de su espíritu resistente, el animal sucumbió a sus heridas apenas una semana después.
Adiestrado para rastrear a delincuentes peligrosos, localizar pruebas y buscar drogas ilegales en la calle, el K9 Jardo era un miembro inestimable del Departamento de Policía de Boise. No tardó en demostrar su valía al detener a un peligroso miembro de una banda en su primera semana de patrulla.
Fuera de servicio, al can le gustaban los placeres sencillos: jugar con sus amigos caninos y nadar en el canal cercano a su casa. Su dedicación al trabajo y a la comunidad le llevaron a sacrificarse en el cumplimiento de su deber.
El último adiós
La pérdida de K9 Jardo fue profundamente sentida por su adiestrador, el agente Shane Williams, quien había formado un vínculo especial con el perro durante su tiempo juntos. Además, la conmoción alcanzó a toda la comunidad de Boise y a los miembros del Departamento de Policía de Boise, que se unieron en un acto solemne para rendir homenaje a Jardo. El 22 de noviembre, a las 3 de la tarde, se celebró un emotivo servicio en memoria del valiente can, al que asistieron miembros de la policía, así como ciudadanos de Boise que compartían el dolor de la pérdida.
Como muestra de respeto y afecto, varios vehículos oficiales y patrullas de policía desfilaron por las calles en una caravana, un acto simbólico para honrar la vida y el sacrificio de Jardo. La comunidad expresó su más sentido pésame al Departamento de Policía de Boise, ofreciendo palabras de aliento y consuelo por la trágica pérdida del fiel compañero.
Las muestras de cariño y apoyo hacia el agente Williams y el resto del departamento fueron abundantes. Uno de los mensajes más conmovedores decía: “Lo siento muchísimo y mis condolencias para el guía, estoy seguro de que lo estará pasando muy mal. Mucho ánimo, piensa que ahora estará en el paraíso divirtiendo, corriendo y en plena satisfacción.” Otro mensaje reflejaba el amor que muchos sentían por el perro: “Mi cielo bonito se fue haciendo su trabajo. D.E.P. era precioso.”
Estas palabras de consuelo revelan el profundo impacto que Jardo tuvo no solo en su equipo y compañeros de trabajo, sino también en la comunidad a la que dedicó su vida protegiendo y sirviendo.