En agosto, un tiburón hembra de 5,62 metros fue hallado muerto en una línea de captura cerca de Gladstone, Queensland en Australia, según informó el Departamento de Industrias Primarias del estado.
Este ejemplar, que superaba en un sexto el tamaño promedio de las hembras de su especie, estaba embarazada de cuatro crías.
La captura de este espécimen, casi del tamaño de un contenedor de 20 pies, es la más grande registrada en el programa de control de tiburones de Queensland.
El triste final de los tiburones blancos
El programa de control de tiburones, que comenzó en 1962, tiene como objetivo reducir el riesgo de ataques de tiburones en las aguas costeras de Queensland, de acuerdo con The Guardian.
Sin embargo, el aumento en el número de especímenes capturados ha sido notable, con 1.206 reportados en 2024, superando los 958 de 2023.
Esto podría estar relacionado con cambios en las condiciones ambientales y la introducción de nuevos equipos, especialmente en áreas como Gladstone y la Costa Capricornio, según el departamento.
Daryl McPhee, profesor asociado de ciencias ambientales en la Universidad Bond, explicó que no es inusual que estos animales se desplacen hacia aguas más cálidas durante los meses de invierno.
“El rango habitual es desde Harvey Bay, Bundaberg, el sur de Queensland hasta Nueva Gales del Sur, Victoria, Tasmania y] Nueva Zelanda”, declaró para The Guardian.
El programa de control de tiburones de Queensland ha sido objeto de críticas, especialmente por su política de sacrificar a las especies capturadas, como los tiburones toro, blancos y tigre.
Leonardo Guida, de la Sociedad Australiana para la Conservación Marina, criticó esta práctica, afirmando que si el estado hubiera adoptado estrategias no letales basadas en evidencia, el tiburón blanco hembra podría haber sido liberado a tiempo.
“Si Queensland ya hubiera hecho la transición a estrategias de mitigación de mordeduras de tiburón totalmente no letales y respaldadas por evidencia, este tiburón no estaría muerto, pura y simplemente, y este hermoso gigante todavía estaría deambulando por nuestros océanos”, declaró.
Guida también destacó que los tiburones capturados dentro del parque marino de la Gran Barrera de Coral no son sacrificados, sino etiquetados y liberados, aunque pueden morir si permanecen demasiado tiempo en los anzuelos.
El estado está probando líneas de captura que envían alertas digitales, lo que podría marcar una diferencia significativa en la detección y liberación oportuna de tiburones como el ejemplar encontrado en agosto.
El temido tiburón blanco
Esta especie, a menudo visto como aterrador en nuestra imaginación, resulta ser menos amenazante en la realidad. A medida que avanza la investigación científica sobre estos esquivos depredadores, la imagen de ellos como máquinas salvajes de matar comienza a desvanecerse, de acuerdo con National Geographic.
“De los 100 o más ataques de tiburón registrados anualmente en todo el mundo, entre un tercio y la mitad son atribuibles al tiburón blanco”, menciona la publicación.
Es miembro de la familia Lamnidae, comparte parentesco con otras especies como los marrajos, los tiburones salmón y los marrajos sardineros. Esta especie no sólo es la más grande dentro de su familia, sino también uno de los depredadores marinos más formidables y conocidos del mundo.
El nombre “tiburón blanco” proviene del color de su vientre, aunque su parte superior varía entre tonos grises y marrones. Este patrón de color, conocido como contrasombra, les permite camuflarse con su entorno: desde abajo, su vientre claro se mezcla con la luz que penetra en el agua, mientras que su espalda oscura los disimula desde arriba.
Su fama y terror generalizado se consolidó gracias a la icónica película Tiburón (1975), que inmortalizó la imagen de esta especie como un depredador imponente y misterioso.