Una reciente investigación de la organización internacional Four Paws revela cómo redes criminales están explotando las normativas fragmentadas de Sudamérica para comerciar ilegalmente con grandes felinos y sus derivados.
Este informe documenta cómo la demanda global de productos como huesos, pieles y otras partes de leones, jaguares y pumas ha abierto un lucrativo mercado ilegal en el que las regulaciones nacionales, muchas veces débiles o inconsistentes entre países, permiten a los traficantes evadir controles.
Destaca que la falta de armonización en las leyes de protección animal en la región facilita el tráfico de especies amenazadas, alentado por un mercado internacional que paga altos precios por estos productos, principalmente para la medicina tradicional asiática y el coleccionismo de lujo.
El mayor exportador de grandes felinos
Sudáfrica se ha convertido en el principal proveedor mundial de grandes felinos y de partes de sus cuerpos, exportando más de 3,500 animales vivos y 34,000 partes en las últimas dos décadas.
Esta industria se basa en la cría y el comercio de grandes felinos, principalmente para satisfacer la demanda de medicinas tradicionales y productos de lujo en mercados ilegales de Asia.
El tráfico de grandes felinos en Sudáfrica sigue siendo difícil de rastrear en su totalidad, ya que no se conoce con exactitud cuántos animales y partes se comercian ilegalmente cada año.
La organización internacional de bienestar animal FOUR PAWS denunció en un informe reciente que redes de crimen organizado se benefician de la falta de regulación clara en el país, lo cual les permite traficar felinos y sus partes sin mayor problema, especialmente hacia Asia, donde son altamente demandados.
De acuerdo con la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES), el comercio de grandes felinos en Sudáfrica se ve facilitado por leyes nacionales débiles o mal aplicadas.
Desde 2018, se han documentado al menos 30 casos de tráfico ilegal de especies como leones, tigres y leopardos dentro del país, aunque la cifra real podría ser mucho mayor debido a la dificultad para controlar esta actividad.
La explotación de tigres
Aunque muchos felinos corren riesgo en Sudáfrica, las especies no originarias sufren una mayor posibilidad de explotación pues las leyes para su tenencia y comercio son menos estrictas y claras.
Según Four Paws, este es el caso de los tigres, pues cuenta con las mayores granjas de tigres fuera de Asia y ofrece a comerciantes y delincuentes la oportunidad de traficar y comerciar con los animales con facilidad.
Según el informe, entre 2020 y 2024, unas 103 instalaciones mantuvieron tigres en algún momento, lo que los convierte en una fuente clave para satisfacer la demanda asiática de productos derivados de felinos, en particular en países como Vietnam, donde los tigres salvajes ya están extintos.
Fiona Miles, directora de FOUR PAWS en Sudáfrica, asegura que muchas autoridades ni siquiera cuentan con un registro de nacimientos y muertes de tigres en cautiverio. “Esto favorece a las redes criminales, que explotan las lagunas legales y colaboran con instalaciones comerciales y criadores privados para alimentar el comercio ilegal. Sudáfrica debe poner fin a esta cruel industria”, declaró.
Las redes de tráfico y comercio internacional
“La industria de grandes felinos en Sudáfrica no apoya la conservación, sino que alienta su explotación como atracción turística o para el comercio de partes de sus cuerpos”, explicó Kieran Harkin, especialista en comercio de vida silvestre de FOUR PAWS.
“Esto no solo afecta a los animales en cautiverio, sino que aumenta la presión sobre las poblaciones salvajes, que también son objetivo de los cazadores furtivos”, agregó.
Las redes involucradas en este tipo de comercio operan de diferentes maneras, algunas operan granjas de cría de tigres exclusivamente para satisfacer la demanda del mercado asiático y gestionan sus propias empresas de exportación.
Otras explotan instalaciones de cría intensiva orientadas al turismo, donde el público puede interactuar con los animales, y al mismo tiempo trafican con huesos y partes de sus cuerpos.
Uno de los aspectos más preocupantes es que estas redes ofrecen servicios de “principio a fin”, desde la adquisición de animales hasta la preparación de documentos legales o falsificados y el transporte. Además, el informe destaca que en algunos casos, las partes de leones, como huesos, se etiquetan como si fueran de tigre, lo cual facilita su venta en mercados asiáticos.
FOUR PAWS solicita que se establezca una prohibición total de la cría y comercio de grandes felinos en Sudáfrica para el año 2030, considerando que esta industria, tal como opera actualmente, continúa alimentando una cadena de explotación que amenaza la supervivencia de estas especies en todo el mundo.