En la ciudad de Edimburgo, en Escocia, una pequeña cría de panda rojo se convirtió en símbolo de una creciente demanda: prohibir la venta de fuegos artificiales al público para proteger a los animales.
Roxie de tres meses murió tras una noche de estruendos que habría provocado, según el zoológico de Edimburgo, por el estrés extremo generado por los fuegos artificiales que resonaron en toda la ciudad.
Miles de usuarios en redes sociales lamentan el deceso de esta pequeña criatura y debaten sobre los fuegos artificiales y el impacto que estos tienen en los animales.
La tragedia de este panda rojo
Esta mañana el Zoológico de Edimburgo, ubicado en Escocia informó a través de sus redes sociales sobre la muerte de Roxie, quien de acuerdo con el veterinario del recinto fue causado por el estrés que generaron los fuegos artificiales en la zona.
La noche de las hogueras o Bonfire night es una tradición celebrada el 5 de noviembre en Inglaterra que incluye grandes fiestas con hogueras y quema de grandes cantidades de fuegos artificiales.
Según información del medio NBC la madre de Roxie, Ginger murió cinco días antes y se cree que también pudo ser causado por el mismo motivo. Aún con la pérdida, el pequeño panda estaba respondiendo bien a la atención de los especialistas.
“Lamentablemente se atragantó con su vómito la noche de la hoguera y nuestros veterinarios creen que fue una reacción a los fuegos artificiales”, mencionó Ben Supple, subdirector ejecutivo de la Real Sociedad Zoológica de Escocia en una entrevista para el medio.
“Roxie tenía acceso a su guarida, pero los ruidos aterradores parecen haber sido demasiado para ella. Sabemos que los fuegos artificiales pueden causar estrés a otros animales del zoológico y no podemos descartar que hayan contribuido a la muerte prematura de la madre de Roxie, Ginger, apenas cinco días antes”, agregó.
El panda rojo (Ailurus fulgens) está clasificado como especie en peligro de extinción, con una población en declive, según la última evaluación de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) realizada en abril de 2015, informa National Geographic.
“En las últimas dos décadas, la población global de pandas rojos ha disminuido en un 50%, lo que indica que solo quedan cerca de 2,500 ejemplares en estado salvaje”, menciona la publicación.
Entre las principales amenazas para esta especie se encuentran la pérdida de hábitat debido a la degradación, deforestación y fragmentación de los bosques; el ciclo de vida lento del bambú, que se ve afectado en áreas perturbadas y fragmentadas; el cambio climático; la caza furtiva y el tráfico ilegal de animales.
Restricciones para cuidar de los animales
El zoológico mencionó en su publicación a la cuenta oficial del gobierno del Reino Unido y exigió un endurecimiento en las restricciones sobre la venta y uso de fuegos artificiales, proponiendo que su venta al público sea prohibida y que sólo se permita su uso en exhibiciones de eventos organizados.
“Estas restricciones ayudarían a evitar consecuencias devastadoras para animales como Roxie y, al mismo tiempo, garantizarían que las personas aún puedan disfrutar de las celebraciones”, menciona el post.
La reciente publicación del Zoológico de Edimburgo sobre la trágica muerte de Roxie, la cría de panda rojo, ha generado un gran impacto en redes sociales, acumulando más de 8 mil “me gusta” y 411 comentarios en menos de un día.
En la sección de comentarios, cientos de usuarios expresaron su tristeza y rechazo ante el uso de fuegos artificiales, solidarizándose con la pérdida del zoológico y demandando un cambio en las regulaciones.
Mensajes como “Mi corazón está roto, pobre Roxie. Estoy completamente de acuerdo con restricciones más estrictas en fuegos artificiales” y “Lamento mucho su pérdida, ojalá la gente priorice el bienestar animal sobre su necesidad de quemar dinero” reflejan la frustración y el dolor de los seguidores.
Otros usuarios, algunos desde la industria veterinaria, compartieron experiencias personales sobre el daño emocional y físico que causan a los animales. “En la industria veterinaria, los fuegos artificiales causan un estrés innecesario a los animales y sus dueños. Ya no puedo disfrutarlos”, comentó uno de ellos, mientras que otro usuario lamentó imaginar a Roxie “muy asustada con el ruido constante de los fuegos artificiales”.
Según informó NBC, la semana pasada se presentó en el número 10 de Downing Street, residencia y oficina del primer ministro Keir Starmer, una petición con más de 1.1 millones de firmas que solicita regulaciones más estrictas para la venta de fuegos artificiales, una medida que espera cambiar el panorama actual.