La procesionaria del pino representa un riesgo grave para la salud de las mascotas que, atraídas por la curiosidad, pueden acercarse a esta plaga sin saber que su contacto resulta altamente tóxico.
Veterinarios y especialistas en control de plagas advierten sobre la necesidad de proteger a nuestras mascotas, ya que una exposición a la procesionaria puede causarles efectos graves.
Esta plaga, a simple vista inofensiva, puede tener consecuencias devastadoras, convirtiéndose en un tema prioritario para quienes frecuentan zonas forestales con sus mascotas.
¿Dónde se encuentra esta plaga?
La procesionaria del pino es una oruga conocida científicamente como Thaumetopoea pityocampa que afecta principalmente a los bosques de pinos en diversas regiones de Europa, Asia y el norte de África, de acuerdo con National Geographic.
Durante el invierno, estas orugas construyen nidos blancos en las copas de los árboles, y al llegar la primavera, descienden en largas hileras para enterrarse y continuar su ciclo de vida.
Sin embargo, el cambio climático ha hecho que este descenso ocurra antes de lo usual, lo que aumenta su presencia en zonas forestales durante más tiempo y eleva el riesgo de contacto con personas y mascotas.
Este insecto no solo representa una plaga forestal al alimentarse de las hojas de los pinos, sino también un peligro para la salud pública. Las orugas están cubiertas de pelos urticantes que pueden provocar reacciones alérgicas graves en humanos y animales. En el caso de los perros, el contacto con la procesionaria puede provocar heridas graves e incluso ser letal.
Síntomas de contacto con esta plaga
Estas orugas se encuentran en los pinares de Europa y, en su fase de larva, están cubiertas de estos pequeños pelos que liberan una toxina capaz de provocar reacciones graves en quienes entran en contacto con ellas.
Durante la primavera, cuando descienden de los árboles en largas filas para completar su ciclo de vida, el riesgo de contacto con perros aumenta considerablemente.
Según el sitio oficial del Hospital Veterinario Puchol, en Madrid, España, la amenaza de la procesionaria se debe a su liberación de pelos urticantes que contienen una toxina llamada Thaumatopina, capaz de generar reacciones alérgicas y hasta anafilácticas en los perros.
Este riesgo se agrava si el animal llega a olfatear, lamer o ingerir la oruga. La curiosidad de los perros, sobre todo en los paseos al aire libre, los lleva a acercarse a estas orugas, exponiéndolos a una reacción que puede llegar a ser fatal.
Algunos de los síntomas que pueden presentar los animales son irritación e inflamación de las patas, hocico y lengua; hipersalivación, vómito y decaimiento.
También puede presentar inflamación severa en la lengua, que puede evolucionar hacia necrosis y pérdida parcial o total de tejido; dificultad para respirar y riesgo de asfixia en casos graves e inflamación de ojos y párpados (blefaritis), ulceraciones en la nariz y, en algunos casos, úlceras corneales
En las situaciones más severas, la inflamación de la garganta y la faringe puede ser tan intensa que el perro podría requerir intubación o incluso una traqueotomía para poder respirar.
¿Qué hacer si mi perro entra en contacto con esta plaga?
Si un perro ha tenido contacto con una procesionaria, es fundamental actuar con rapidez. Primero es necesario apartar al perro de la zona donde tuvo contacto con la oruga y retirar cuidadosamente cualquier resto de la oruga de su piel, preferiblemente usando guantes para evitar que la toxina afecte a la persona que ayuda.
Después debe lavarse la zona afectada con agua templada sin frotar, ya que el frotado podría romper los filamentos urticantes, liberando más toxina.
También se deben monitorear signos de ahogo o dificultad para respirar si el perro muestra síntomas de hipersalivación o vómito. Después de estos primeros auxilios, es crucial acudir a un veterinario de urgencia para que el animal reciba el tratamiento adecuado.
“El contacto con un perro con la procesionaria del pino, es siempre una urgencia. La rápida actuación es la clave para reducir el efecto de la picadura; es necesario acudir a tu centro veterinario de confianza o a un centro de urgencias 24 horas para que se instaure un tratamiento adecuado lo antes posible”, menciona el sitio.
Una vez en manos del médico veterinario se le pueden aplicar antihistamínicos, corticoides y otros medicamentos según la gravedad del caso, además de evaluar la necesidad de hospitalización.
Para evitar que tu mascota entre en contacto con esta oruga es importante reducir la exposición a las zonas donde se encuentra. “Evitar los paseos en zonas de pinares en los meses de primavera y controlar a la mascota para que no se acerque a hileras de procesionaria son medidas preventivas sencillas de aplicar”, menciona el hospital.
También se recomienda evitar pasear con tu perro en zonas con coníferas, elige áreas sin árboles o con superficies de asfalto y usa siempre la correa en esta época. Además de eliminar los nidos de procesionaria en otoño mediante podas, fumigaciones o trampas con feromonas y biocidas.