En agosto de 2021, los habitantes de la localidad de Huay-Pix, Quintana Roo, encontraron en la Laguna Milagros un pequeño manatí con apenas algunas semanas de nacido, nunca imaginaron que este hallazgo podría dar una nueva esperanza para esta especie.
Luego de encontrar al pequeño al que llamarían Pompeyo, los quintanarroenses lo dirigieron a un pequeño corral dentro del agua, pues quizá su madre se acercaría para llevárselo; pero eso nunca sucedió.
Los locales decidieron llamar a las autoridades y a la Red de Varamientos de Mamíferos Marinos del Estado de Quintana Roo, “Acudimos al llamado y se trajo al animal a la Laguna Guerrero, en Chetumal, donde ya existen instalaciones para la rehabilitación de mamíferos. Allí se decide tener al animal en rehabilitación para su posterior liberación”, comentó Nataly Castelblanco Martínez, colaboradora en la Red de Varamientos.
La reintroducción a su hábitat
Pompeyo presentaba deshidratación y una ligera anemia, sin embargo, su salud se restableció.
En noviembre de 2023 se decidió dejarlo en libertad, pero los pasos previos a la reinserción se volvieron tareas complejas en las que se necesitó la colaboración de al menos 28 instituciones, una centena de voluntarios de siete países y algunos estudiantes nacionales y extranjeros para que se encargaran de los cuidados de Pompeyo.
Roberto Sánchez, médico veterinario especialista en manatíes, exdirector del Departamento de Medicina Veterinaria de Dolphin Discovery, y responsable del monitoreo de la salud de Pompeyo comentó que “Llegaban los chicos y les decíamos: ‘Empaquen, sus primeras dos o tres semanas van a ser en Chetumal cuidando a Pompeyo’”.
Otro reto importante fue la alimentación, pues en los años que se mantuvo en rehabilitación, Pompeyo consumía leche de fórmula, pero su alimentación tuvo que cambiar gradualmente por la vegetación nativa de la laguna.
“Buscamos que el animal estuviera alimentándose de la vegetación que iba a encontrar en libertad. Eso implicaba viajes constantes a los lugares en donde hay algas, porque en la Laguna Guerrero no hay pastos marinos, sino algas subacuáticas. Eran labores de tres o cuatro voluntarios haciendo snorkel para cosechar todas estas algas y llevarlas al corral de Pompeyo”, recuerda Nataly Castelblanco.
A medida que Pompeyo creció, llegó a requerir de 4 canastas diarias de algas marinas, por lo que el equipo decidió implementar el cultivo de lechugas para así evitar que perdiera peso.
El regreso a casa y el legado de Pompeyo
El 3 de noviembre de 2023 el manatí fue liberado, en el Santuario del Manatí Bahía de Chetumal, con un dispositivo de telemetría para monitorear sus movimientos.
“Pompeyo se quedó un ratito allí, sin entender muy bien qué era lo que estaba pasando. Personalmente, fue una sensación mixta de emoción, alegría y un poquito de tristeza e incertidumbre, porque realmente no sabemos bien cómo va a funcionar la cosa ni cómo va a reaccionar él. Es la misma sensación que tiene una mamá cuando el hijo se va por primera vez de casa” afirmó Nataly Castelblanco para Mongabay.
La reinserción de este mamífero fue una luz de esperanza para la conservación de la especie, pues se trata de un mamífero acuático que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) mantiene desde 2008 como una especie vulnerable.
Pompeyo se convirtió en el símbolo de la conservación, siendo la imagen del Día Nacional del Manatí, además de que los ciudadanos locales crean artesanías y productos con la imagen de este animal para que los turistas hagan conciencia de la importancia de este mamífero.
Desde su liberación hasta su deceso no se tuvo un registro anormal en el comportamiento del manatí, el 2 de marzo de 2024 se confirmó su fallecimiento consecuencia de una infección interna aguda encontrada hasta el día en que fue realizada su necropsia.