En un avance significativo en el campo de la medicina regenerativa, un equipo de científicos logró reparar una afección ocular poco común, conocida como agujero macular, en la retina de un mono utilizando células madre humanas.
Los logros del grupo de expertos fueron publicados a principios de octubre en la revista científica Stem Cell Reports. En dicho estudio, los especialistas explicaron que sus investigaciones se centraron principalmente en la reparación del agujero macular, una rotura de retina que afecta la fóvea y ocasiona problemas de visión.
Aproximadamente el 90% de los casos pueden ser tratados quirúrgicamente, sin embargo, el 10 por ciento restante puede dejar a los pacientes con visión borrosa o con puntos ciegos, según lo expuesto por los científicos en su estudio.
Un avance sin precedentes
El experimento, liderado por Michiko Mandai, del Kobe City Eye Hospital (Japón), se centro en explorar una alternativa innovadora mediante el uso de células madre. En lugar de redistribuir las unidades existentes en el ojo, el equipo optó por cultivar precursores retinianos derivados de un embrión humano.
Más tarde fueron trasplantadas a la retina derecha de un macaco japonés (Macaca fuscata) que sufría a causa de un agujero macular y presentaba ya dificultades para superar pruebas de visión. Únicamente seis meses después de la operación, el equipo de Mandai examinó al primate y su visión.
Cabe resaltar que antes del trasplante, el animal únicamente era capaz de enfocar su mirada en el 1.5% de los puntos en una serie de pruebas específicas, sin embargo, después de la operación sorprendió a los científicos por mostrar una gran mejoría en sus habilidades.
Los científicos señalaron en el estudio que para las enfermedades degenerativas de la retina, una “estrategia prometedora” puede ser la terapia basada en células.
Durante una entrevista con el medio Live Science, Mandai aclaró que la única complicación del procedimiento se presentó gracias a un rechazo pequeño del parche de células madre meses después de la cirugía, sin embargo, el equipo logró superar este obstáculo sin problemas.
La especialista aseguró que, en el caso de hacer un trasplante de tejido humano a otra persona existiría un riesgo menor de “respuesta inmunitaria”. “Todavía no se sabe si las células retinianas injertadas también puede contribuir a la función visual, pero esa parte no es obligatoria”, comentó la autora de la reciente investigación.
El agujero macular sucede cuando el humor vítreo, una sustancia transparente de consistencia gelatinosa contenida al interior del globo ocular, se retrae de la retina, provocando a su vez el desgarre de la mácula, una parte de la retina encargada de que las imágenes sean más nítidas y tengan un mayor detalle.
El futuro de la investigación
La mayoría de los agujeros maculares son provocados por cambios derivados de la edad de los pacientes y con el tiempo puede llevar a los afectados a tener puntos ciegos o borrosos en la visión central. En caso de no contar con tratamiento oportuno, se puede perder la visión central de manera permanente, tal y como informó el National Eye Institute (NEI) de Estados Unidos.
Mandai y su equipo, basados en sus hallazgos, sugirieron en el estudio que el trasplante de láminas derivadas de células madres podría ser una “opción práctica” durante el tratamiento de agujeros maculares “refractarios”.
Su descubrimiento no sólo abre nuevas posibilidades para el tratamiento de enfermedades oculares en humanos, sino que también arroja luz sobre el potencial de las células madre en la medicina moderna.