En la actualidad se suele hablar del calentamiento global y del cuidado de las especies, en específico de las abejas, ya que sin ellas la humanidad estaría condenada a la extinción.
Las abejas se encargan de la polinización y reproducción de la flora en el mundo, mientras que también proveen de alimentos a la mayoría de las especies animales. A pesar de que son importantes, estos insectos se encuentran en peligro de extinción.
Una de las amenazas que enfrentan es el uso de los celulares, así lo aseguró Daniel Favre, un científico suizo del Laboratorio de Biotecnología Celular en la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), que realizó un experimento usando las señales de los teléfonos celulares.
Las olas electromagnéticas y las abejas
El experimento Favre consistió en colocar los teléfonos celulares junto a colmenas, además de situar medidores de audiogramas y espectrogramas.
En un inicio se monitorea el comportamiento de las abejas sin que este estuviera en funcionamiento, al no haber reacción se decidió por activar el teléfono.
El experimento se realizó en cinco colmenas más, pero ahora haciendo llamadas entre dos teléfonos que se encontraban bajo dos colmenas diferentes, la reacción de las abejas era de alteración 10 veces mayor a la normal.
Favre, en una entrevista para el medio Swissinfo, indicó que “los dispositivos activos de los teléfonos celulares tienen un impacto drástico en el comportamiento de las abejas, ya que inducen a las obreras a emitir la señal de alarma. En condiciones naturales la alerta de las obreras anuncia el abandono de la colmena o que existe alguna perturbación grave en su seno”
También descubrió que aunque se realizara una media hora el experimento, dos minutos después de apagar los teléfonos, las abejas regresaban al estado normal de ruido; pero si se extendía a 20 horas, los insectos esperaban al menos 12 horas para estabilizarse.
La investigación de Favre sugiere que los dispositivos que producen campos magnéticos y que pertenecen, a las terminales móviles -dispositivos que pueden ser usados en celulares- y las antenas de redes de internet, “pueden contribuir a la disminución de las abejas en todo el mundo”.
También explicó que “en condiciones normales”, la reacción de las abejas ante esta señal de alarma es salir del panal. Sin embargo, al realizarse el experimento, ninguna abeja salió, pues al producirse la señal de alarma en casi todas las abejas obreras se produjo una confusión que impidió que salieran, esto provocaría -a largo plazo- consecuencias directas al panal, como lo es el Síndrome de Colapso de las Abejas (por sus siglas en inglés CCD).
Síndrome de Colapso de las Abejas
Aunque la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias, en su segundo reporte del 2013 referente a apicultura, considera que no es un problema nuevo, pues “muchas colonias han muerto durante los últimos 50-60 años manifestando síntomas similares” causando reacciones negativas a nivel ecológico.
Las causas asociadas con el CCD son:
- Los cambios en el hábitat y la capacidad de adaptación de los polinizadores
- Las modificaciones ambientales
- La dispersión y propagación de plagas y enfermedades
- Las prácticas y manejos agrícolas (uso de pesticidas)
- Factores relacionados con la alimentación de estos insectos
Y aunque no lo menciona el reporte, pero sí el estudio del doctor Favre, las señales de los teléfonos celulares.
Por último el biólogo, Favre, hizo un llamado a los científicos: “debemos preguntarnos si la gran cantidad de antenas de telefonía móvil tiene también un impacto en el comportamiento de las abejas [...] Por lo que pido a la comunidad científica internacional que se lleve a cabo más investigación en este campo”.