Winnie, la golden retriever de servicio que se roba el show en una banda de marcha universitaria

La perra ayuda a su dueña a sobrellevar los síntomas de una condición que la hace desmayarse sin previo aviso

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Winnie forma parte de la
Winnie forma parte de la banda del equipo de futbol americano de la University of Northern Iowa. (Instagram/northern_iowa)

Entre bombos, platillos y miles de personas, se encuentra Winnie, una golden retriever de servicio que forma parte de la banda de marcha de la University of Northern Iowa (UNI) de Estados Unidos.

Es la fiel amiga de Gabi Riessen, quien se trasladó hasta la institución educativa desde la ciudad de Denison para formar parte de la banda y el teatro universitario. A pesar de ser inseparables, esta cualidad se convirtió en un pequeño problema para la estudiante, pues no sabía si podría realizar todas sus tareas acompañada de Winnie.

Su suerte cambió cuando se le presentó una oportunidad única. Riessen, recordó durante una entrevista para UNI que una de sus mejores amigas le compartió el correo electrónico del director, Justin Mertz. Ella lo contactó para ver si le permitiría ingresar a la banda en compañía de su perro. “Nos reunimos y hablamos al respecto”, dijo.

Una más de la banda

Es el perro de servicio
Es el perro de servicio de Gabi Riesser y utiliza protecciones en sus orejas para evitar que el ruido los lastime.

Durante la conversación, la estudiante tuvo la idea de que Mertz se mostraba más emocionado que ella por “tener un perro en la banda”. Fue así que se hizo oficial la integración de Winnie, no obstante, Riessen no estaba segura de qué tendría que hacer, si debía entrar al campo marchando o sólo “en primera línea”.

“Mertz dijo: ‘Probémoslo’, y lo hicimos. Por lo general, Winnie no tiene conciencia espacial de las cosas. Pero cuando marchábamos hacia adelante y atrás, lo entendía sin problemas”, celebró Riessen.

La capacidad de Winnie para marchar era impresionante, tanto que incluso se ganó la ovación de los presentes. Su compañera humana admitió que “ella lo hace mejor que yo” y añadió que “es realmente buena para adaptarse a cualquier situación en la que la ponga”.

El bienestar de la mascota de servicio siempre fue una prioridad, es por eso que utiliza auriculares para proteger sus oídos mientras los miembros de la banda tocan. Ella se adaptó a ser uno de los miembros no oficiales del conjunto.

Se siente tan cómoda que incluso su dueña siente que “le encanta la atención”, pues la gente la mira y ella simplemente “disfruta”.

“Le encanta la atención. Cada vez que se pasaba por allí, toda la sección de estudiantes me preguntaba: ‘¿Puedo acariciar a tu perro?’. A ella simplemente le gusta sentirse útil y servicial”, aseguró Reissen.

Es necesario que Winnie nunca se separe de su amiga humana, pues le ayuda a sobrellevar su síndrome de taquicardia ortostática postural (POTS), afección que hace que se desmaye sin previo aviso.

La golden retriever está entrenada para detectar los pequeños síntomas y cambios físicos en Riessen cuando está a punto de perder la conciencia. Gracias a ella pueden trasladarse a un lugar seguro para evitar lastimarse. Después, la mascota se recuesta a su lado y se encarga de protegerla hasta que se levanta.

“Si no estamos haciendo nada, dejo que la acaricien porque ella merece ser un perro y divertirse. Odiaría que fuera tan estructurada que se perdiera de eso”, añadió la compañera de Winnie.

Mucho más que una mascota

Durante su primera prueba nadie
Durante su primera prueba nadie sabía si marcharía o no, pero el cumplió la misión sin ningún problema.

Su mascota es mucho más que un animal de compañía, ya que le ayuda a sentirse bien en todo momento, al mismo tiempo que procura su bienestar. Riessen incluso asegura que gracias a ella pudo “volver a ser una persona normal”.

“Puedo participar en la banda porque ella me avisa si estoy bien y puedo asistir a mis clases. Antes de ella, no sabíamos si la universidad iba a ser una opción”, declaró Riessen.

La estudiante habló sobre sus primeros días en la institución educativa, en donde dijo sentirse cómoda, pues nunca se había percibido “tan bien recibida”.

“Obviamente, no tengo una discapacidad visible. Por eso algunas personas me miran y se preguntan por qué necesito un perro. En la UNI, camino y todos se emocionan al ver un perro. Simplemente me hace sentir bien”, concluyó Riessen.

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