Descargas mortales: los secretos de las anguilas para generar electricidad

Utilizan estos impulsos para alejar depredadores, aturdir presas, orientarse o para buscar pareja dentro de las turbias aguas donde viven

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Estos seres son capaces de crear electricidad gracias a tres órganos especiales. (Wikimedia)
Estos seres son capaces de crear electricidad gracias a tres órganos especiales. (Wikimedia)

En el mundo animal existen seres capaces de hacer cosas sorprendentes como los búhos que son capaces de voltear sus cabezas casi por completo, los peces piedra, considerados como el pez más venenoso del mundo o las anguilas eléctricas, quienes pueden emitir impulsos de hasta 860 voltios capaces de aturdir presas o alejar depredadores.

Estos curiosos animales, pertenecientes al orden de los Gymnotiformes, pueden llegar a medir más de 2.5 metros de largo y alcanzar un peso de hasta 22 kilogramos. Habitan charcas, pantanos y meandros de los ríos Amazonas y Orinoco, al norte de Sudamérica, aunque no es extraño encontrarlas nadando en los arroyos de la zona.

Existen tres especies de anguilas eléctricas: Electrophorus electricus, Electrophorus varii y Electrophorus voltai y, según información del National History Museum (NHM) de Londres, se relacionan con peces como los bagres y las carpas.

¿Cómo producen electricidad?

Las anguilas utilizan estos impulsos eléctricos para alejar depredadores, aturdir presas, orientarse o enviar señales durante la temporada de apareamiento.
Las anguilas utilizan estos impulsos eléctricos para alejar depredadores, aturdir presas, orientarse o enviar señales durante la temporada de apareamiento.

Rupert Collins, conservador principal de peces del NHM, detalló para un artículo del museo que estos curiosos seres son “como baterías vivientes”, puesto que cuentan con células musculares conocidos como electrolitos, los cuales “tienen un lado positivo y negativo”.

“Cuando las células se activan, descargan un impulso eléctrico en el agua circundante”, explicó Collins.

Las anguilas eléctricas, tal y como informó el NHM, evolucionaron para contar con adaptaciones especiales que se encargan de producir los impulsos conocidos como órgano principal, órgano de Hunter y órgano de Sachs, los cuales representan cerca del 80% del cuerpo del animal.

Gracias a estos órganos, las anguilas son capaces de producir impulsos eléctricos de intensidades diferentes útiles para múltiples propósitos como alejar depredadores, aturdir presas, orientarse o enviar señales durante la temporada de reproducción para encontrar pareja.

Collins explicó que las anguilas no se encuentran completamente sumergidas a la hora de emitir una descarga eléctrica, pues estos impulsos son menos efectivos al estar dentro del agua.

Los animales “saltan fuera del agua” y “unen la parte de su cuerpo con mayor carga positiva”, es decir la mandíbula, al depredador, mientras que “el polo negativo” que aún se encuentra dentro del agua crea un “circuito eléctrico cerrado muy potente”.

El curador del NHM enfatizó que esa técnica empleada por la anguila eléctrica evita que la carga se disperse en el agua y ayuda a que la energía se vuelque en “lo que sea que intente atrapar”.

La dieta principalmente se compone de peces, cangrejos, insectos, anfibios y mamíferos, de acuerdo con Collins.

¿Es energía suficiente para matar a un humano?

La energía es suficiente para provocar un ataque cardíaco.
La energía es suficiente para provocar un ataque cardíaco.

Si estos animales se sienten amenazados, pueden saltar fuera del agua y administrar descargas lo suficientemente potentes como para provocarle un ataque cardíaco o respiratorio a una persona adulta. Esto también es capaz de ocasionar que se ahoguen dentro de aguas poco profundas.

Sin embargo, no son seres agresivos. Suelen atacar únicamente cuando se sienten acorraladas y sin ninguna otra opción para escapar, por lo que morir por una descarga de una anguila eléctrica es un escenario poco común.

En cuanto a si otro pez es capaz de contar con esta capacidad, Collins reveló que la detección eléctrica es común entre los peces, sin embargo, en su gran mayoría se trata de un sentido pasivo “similar al olfato”, el cual les ayuda a identificar y localizar presas.

“Pero alrededor del 1 o 2% de los peces tienen electrolocalización activa, es decir, emiten electricidad ellos mismos en aguas turbias o por la noche para poder orientarse”, detalló el especialista.

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