Elegir un gato como mascota conlleva una gran responsabilidad, pues como animal de compañía depende completamente de las personas que están a su cargo. Cada especie tiene necesidades específicas por eso es importante tener en cuenta aspectos como su personalidad, comportamientos, tipo de pelaje y tamaño.
Otro factor importante a considerar es la edad, un felino recién nacido precisa de muchos más cuidados que uno adulto y aunque aprenden rápido es importante analizar esta situación porque va a necesitar que inviertas más tiempo para que se adapte a tu estilo de vida.
El proceso de adaptación de un felino a su nuevo hogar es paulatino, generalmente inspeccionan todo el lugar para sentirse lo más cómodo posible. Este tipo de animales de compañía necesita de espacios diferenciados, es decir, que utilizan determinados lugares para alimentarse, descansar y una zona de higiene.
Por estos motivos te compartimos las características y necesidades del Gato egipcio o Sphynx que te pueden ayudar al momento de elegirlo como un nuevo compañero de vida.
Historia y origen del Gato egipcio o Sphynx
La característica principal del sphynx, conocido también como gato egipcio o gato esfinge, es que no tiene pelaje. Sin embargo, no quiere decir que carezca totalmente de pelo, sino que está cubierto de una capa de pelo fino muy parecida a la piel del melocotón.
Este gato no tiene bigotes ni pestañas. La cabeza recuerda a la del devon rex. Tiene los ojos hundidos y con forma de limón. El cuerpo tiene una osamenta fina, aunque es musculoso y tiene un pecho fuerte.
Las patas son largas y delgadas; las delanteras parecen arqueadas por la anchura del pecho. La cola es larga, estrecha y dura al tacto. Son cálidos y suaves al tacto, por lo que se han ganado el apodo de “bolsa de agua caliente de ante”.
Tiene arrugas en algunas partes de la cabeza, del cuerpo y de las patas, pero en el resto del cuerpo la piel es tersa. La pigmentación se ve claramente en la piel del sphynx. Se aceptan todos los patrones y colores de piel.
El sphynx es un gato extrovertido y travieso al que le encanta estar con la gente y que le presten atención. Son gatos muy comunicativos y suelen dar la bienvenida a sus amos cuando estos llegan a casa. Son muy listos, juguetones y achuchables.
Los gatos egipcios son muy ronroneadores. Les gusta dormir con sus amos bajo las mantas. Su temperatura corporal está un grado o dos por encima de la media de los gatos normales y tienen un apetito voraz para compensar la pérdida de calor. Como tienen tan poca protección contra los elementos, estos gatos no pueden quedarse fuera si hace frío, no les gusta sentarse en superficies frías y les encanta la calefacción. Los gatos que salen al exterior cuando hace sol pueden necesitar protección solar.
Hace generaciones que se conocen gatos sin pelo; se dice que los aztecas tenían gatos sin pelo. El sphynx es el primer gato sin pelo que ha sido criado específicamente por ese rasgo. El programa de reproducción comenzó en 1966 en Ontario, Canadá, cuando una gata doméstica tuvo un gatito macho sin pelo. Sin embargo, la mayoría de los sphynx actuales descienden de tres gatitos sin pelo encontrados en Toronto en 1978.
Son grandes dormilones
Los gatos como animales mamíferos pasan la mayor parte del tiempo descansando, regularmente duermen entre 12 y 18 horas diarias con periodos intermitentes que pueden durar hasta 113 minutos, de acuerdo con información de Sleep Foundation, organización que se encarga de estudiar los patrones de comportamiento durante el sueño.
Descansar al lado de tu mascota trae grandes beneficios para los seres humanos. La doctora Dana Varble, directora de la Comunidad Veterinaria de Norteamérica, detalló en una entrevista para CNN que dormir a lado de un gato ayuda a estrechar en gran medida la relación dueño-mascota.
El académico de la Universidad de Bristol, John Bradshaw, compartió en una entrevista para National Geographic que los felinos “adoptan” a los humanos como integrantes de su grupo y comúnmente interactúan con ellos como si fuera de la misma especie.
Los gatos externan su cariño levantando la cola y formándose en el cuerpo de sus dueños. Bradshaw detalló que estos animales saben que sus propietarios son más grandes que ellos, pero no adaptan su conducta social cuando interactúan con los humanos.