Un paraíso en peligro, la isla japonesa de los gatos que está al borde de la desaparición

La famosa atracción turística podría extinguirse debido a que no existen camadas de gatos nuevas que sustituyan a los ancianos

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Aoshima corre el peligro de desaparecer debido a la falta de generaciones nuevas de gatos. (Reuters)
Aoshima corre el peligro de desaparecer debido a la falta de generaciones nuevas de gatos. (Reuters)

En la prefectura de Ehime, al sur de Japón, existe una curiosa isla cuyo principal atractivo turístico son los gatos que pueden encontrarse en cualquier rincón de Aoshima, la apodada “Cat Heaven Island” (Isla del cielo de los gatos).

Reportes del portal The Atlantic confirman que los animales pueden ser vistos por las personas desde que descienden en el puerto de la isla, cuyos habitantes practicaban la pesca como principal actividad económica.

A día de hoy, el futuro de Cat Heaven Island podría estar en peligro, pues a inicios de mes la cuenta de X (anteriormente Twitter) “aoshima_cat” publicó un post en el que explican que el número de gatos disminuye gradualmente.

El paraíso en peligro

Los gatos que quedan son demasiados para los isleños. (Getty Images)
Los gatos que quedan son demasiados para los isleños. (Getty Images)

Lo anterior se debe principalmente a una campaña de esterilización llevada a cabo en octubre de 2018. Ahora, los gatos de la isla tienen más de 7 años y no ha nacido ninguna mascota nueva que dé paso a las próximas generaciones.

“Creo que los gatos cruzarán ‘el puente del arcoíris’ en unos años”, se lee en el post. Actualmente, el número de isleños asciende a cinco, por lo que se teoriza que cuando los turistas dejen de arribar a la isla “se habla de reducir o suprimir los servicios regulares de ferry”.

En la publicación se hace referencia al estado de salud actual de “Cat Mama” (Mamá gata), una residente de 73 años que es la principal cuidadora de los felinos de la isla. Ella les da de comer y les proporciona todas las atenciones necesarias.

“Cuando Cat Mama envejezca y abandone la isla, será la última vez que visite el lugar”, se lee en el post.

“Es una historia triste, pero si podemos vivir felices para siempre como una isla de gatos hasta el último animal, creo que será la última aparición”, concluyeron en la publicación.

"Cat Mama" se encarga del cuidado de los gatos.
"Cat Mama" se encarga del cuidado de los gatos.

La revista japonesa Tokyo Weekender ahondó en la historia de la isla e informó que antes era un pueblo de pescadores que sufría constantemente un problema con los roedores, pues las ratas de la zona solían roer sus redes y comer las capturas del día.

Para acabar con la plaga, adoptaron a felinos callejeros que traían de diversos puertos y los montaban en los barcos sobre los que realizaban sus viajes.

Estimaciones de la revista indican que la población de gatos poco tiempo después de la Segunda Guerra Mundial ascendía a 900 animales. Esta cifra se redujo radicalmente a 13 en 2017. Años atrás, los residentes más ancianos tenían la idea de que eran muchos y que no existía la gente suficiente como para cuidarlos.

Destinos felinos para visitar

El santuario sirve para adorar a las mascotas favoritas de la zona. (AP Photo/Hiro Komae)
El santuario sirve para adorar a las mascotas favoritas de la zona. (AP Photo/Hiro Komae)

Con la idea de la desaparición de los gatos de la isla, existen otros destinos cuyo principal atractivo es visitar a los felinos del lugar.

Uno de estos lugares es Neko Jinja, un santuario ubicado en Tahirojima, Japón, el cual está dedicado a los felinos de la isla.

Reportes de la agencia de noticias Associated Press (AP) indican que los lugareños los consideran “ángeles guardianes”. La gran mayoría está acostumbrada al contacto con los humanos.

Fue erigido después de que un pescador lastimara accidentalmente a uno de los félidos de la isla. Al verse invadido por la pena, construyó el santuario en su honor con ayuda de otros habitantes.

AP asegura que actualmente existen más de 100 gatos deambulando por la zona, una población que dobla a la cantidad de humanos, la cual apenas alcanza las 50 personas.

Quienes estén interesados en acudir al santuario pueden llegar desde la estación de Ishinomaki y tomar un taxi, o si lo prefieren, subirse a un ferry de Ajishima Line.

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