Tres jaguares rescatados del tráfico ilegal de fauna encuentran una nueva vida en Bolivia

Habitarán en una fosa de dos hectáreas en la que convivirán con otros tres jaguares de más de 20 años de edad

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Los tres jaguares fueron rescatados
Los tres jaguares fueron rescatados del tráfico ilegal de fauna silvestre y hoy gozan de una segunda oportunidad en La Paz. (EFE/ Luis Gandarillas)

Toto, Santiago y Mosa son tres jaguares de entre 6 y 13 años de edad que fueron rescatados del cruel tráfico de fauna silvestre y ahora encontraron una segunda oportunidad en el Bioparque Municipal Vesty Pakos de La Paz, Bolivia, a raíz de un accidente relacionado con uno de los cuidadores de su anterior hogar.

En el centro de custodia de fauna silvestre que habitaban hasta hace un par de semanas, uno de los cuidadores murió luego de ser atacado por un jaguar que escapó de su hábitat.

Autoridades ordenaron el cierre de las instalaciones, mientras que el Ministerio de Medio Ambiente y Agua de Bolivia solicitó transportar a los animales a otros lugares, de acuerdo con reportes de la agencia de noticias EFE.

Toto tiene los colmillos dañados
Toto tiene los colmillos dañados por morder la cadena con la que era mantenido en cautiverio.

Omar Rocha, administrador del nuevo hogar de los panterinos, explicó durante una entrevista con EFE que “en algún momento” Bioparque fue considerado como uno de los “centros de custodia” que poseía el “mayor número de jaguares” a nivel regional.

“Tenemos la experiencia de la gente que ha estado trabajando en ese entonces y que ahora continúan como guardafaunas y veterinarios en el bioparque”, añadió Rocha.

Estos animales gozan de una segunda oportunidad después de escapar del tráfico ilegal de especies. Toto, por ejemplo, fue encontrado en 2012 caminando en una carretera de la región de Pando.

Durante años estuvo encadenado dentro de una universidad de la región y no fue hasta 2016 que pudo ser trasladado a un centro de custodia ubicado en Santa Cruz. El administrador de Bioparque comentó que los colmillos de Toto están lastimados porque, aparentemente, mordía la cadena que lo mantenía amarrado.

El trío de jaguares llegó
El trío de jaguares llegó a su nuevo hogar a principios de septiembre en compañía de un par de pumas.

Toto tuvo un hijo llamado Santiago, quien nació estando en cautiverio en Santa Cruz, a pesar de que esta práctica está prohibida dentro de los centros de custodia.

Mosa, por su parte, fue rescatada de la región amazónica de Beni. Ahí vivió durante años dentro de una pequeña caja de madera, lo que provocó que sufra problemas de espalda además de “tortícolis severa”.

El trío, y un par de pumas, llegó a su nuevo hogar a principios de septiembre después de que todos los requisitos se cumplieran. La lista incluída mejoras a la fosa de jaguares en las que ya habitaban Tyson, Delfor y Rosaura, tres residentes ancianos que tienen más de 20 años de edad.

Antes de poder unirse a la población general, Mosa, Toto y Santiago tuvieron que cumplir un corto período de cuarentena. Pero una vez lo completaron, ingresaron a la fosa de dos hectáreas donde, según EFE, se adaptan poco a poco a una rutina nueva.

Un indicador ambiental

Al día de hoy, los
Al día de hoy, los jaguares se adaptan poco a poco a su nueva rutina en La Paz.

El jaguar (Panthera onca) es un animal que figura en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como una especie “casi amenazada”.

Rocha considera que contar con jaguares en un espacio determinado dentro de la naturaleza “es un indicador” de la situación del ecosistema, pues “se estima que el bosque está bien cuidado, que no está alterado”.

Reportes de EFE señalan que en Bolivia, la pérdida de hábitat a causa de la deforestación, las quemas controladas para el aprovechamiento del suelo en plantaciones agropecuarias, así como la cacería furtiva y el tráfico ilegal de fauna o venta de pieles y colmillos son algunas de las amenazas que afectan a la supervivencia de la especie.

Rocha añadió que existen personas que atrapan a los jaguares adultos y se apropian de sus cachorros para criarlos en cautiverio, sin embargo, conforme crecen y aumentan de tamaño, ellos simplemente “ya no saben qué hacer con estos felinos grandes”.

Con información de EFE

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