Tiene seis parejas, más de 10.000 crías y casi 124 años: así es la vida del cocodrilo más viejo del mundo

Mide más de cinco metros de largo y nació el 16 de diciembre de 1900 en el delta del Okavango, Botsuana, lugar desde donde fue trasladado a su nuevo hogar en 1985

Henry es probablemente el cocodrilo más viejo del mundo, pues nació en 1990. (Instagram/crocworldcc)

En la ciudad de Scottburgh, Sudáfrica, se encuentra el centro de conservación Crocworld Conservation Centre (CCC), hogar de un peculiar inquilino: Henry, un reptil de 123 años conocido por ser el cocodrilo más viejo del mundo.

Su edad no es lo único asombroso, pues mide cinco metros de largo, pesa 700 kilos, tiene seis parejas y es habitante del CCC desde hace 30 años, tiempo durante el cual se convirtió en padre de más de 10.000 crías, de acuerdo con reportes del periódico británico The Mirror.

Recientemente posó para una fotografía, pues cumplirá 124 años el 16 de diciembre, hecho histórico para la especie que tiende a vivir un promedio de entre 40 y 60 años, es decir, casi la mitad de la vida de Henry.

La vida del cocodrilo más viejo del mundo

Actualmente vive en Crocworld Conservation Center, un centro de conservación de Sudáfrica.

El gigantesco cocodrilo del Nilo (Crocodylus niloticus) nació en el delta del Okavango, en diciembre de 1900 y pocos años después, a principios del siglo XX, ganó una sombría fama entre las tribus locales por alimentarse con niños pequeños de la zona, según reportó The Mirror.

Habitantes de los alrededores recurrieron al cazador y explorador británico Henry Neumann para deshacerse de su problema de una vez por todas, sin embargo, él optó por capturar al animal en lugar de matarla y bautizarlo con su nombre.

La fama de Henry es tal que a finales de 2023 incluso fue víctima de noticias falsas que aseguraban su muerte. Respecto a esto, Wade Kilian, curador de reptiles en Crocworld, declaró en una tarjeta informativa que “todos” podían estar seguros de que el animal disfrutaba de “su mejor vida” en el centro de conservación.

Aunque le faltan un par de dedos y dientes, esto eran simples consecuencias de vivir más de 120 años. Sus cuidadores aseguraron en aquel entonces que Henry estaba feliz, saludable y listo para recibir a los visitantes que deseen darle de comer desde una distancia prudente.

Henry fue trasladado a Crocworld en 1985 cuando ya tenía 85 años después de habitar toda su vida en el delta del Okavango.

Anualmente sus cuidadores preparan un evento especial para celebrar que Henry viviera un año más. Se cree que el secreto de su longevidad está detrás de su gigantesco tamaño que lo ubica dentro de la exclusiva lista de los cocodrilos más grandes del mundo.

“Este hombre polígamo comparte su hogar con sus seis esposas y está orgulloso de haber engendrado a más de 10.000 crías sólo durante su estancia en Crocworld”, escribieron los especialistas del centro de conservación.

Además de pasar el tiempo con su media docena de parejas, Henry disfruta de la compañía de “un amigo de toda la vida”: Colgate, un cocodrilo cuya edad estimada ronda los 90 años y que también fue traído desde el delta del Okavango en el año de 1985.

“Si bien es un verdadero joven en comparación con Henry, Colgate es el segundo cocodrilo más grande del centro, y realmente un espectáculo impresionante para la vista”, aseguraron los miembros de Crocworld.

Famoso en todas partes

Tiene seis parejas y se estima que es padre de un aproximado de 10.000 bebés.

Rob Alleva, famoso cuidador de animales y co presentador del programa de televisión Kings of Pain (Reyes del dolor), tuvo recientemente un encuentro con Henry, según pudo apreciarse en una publicación compartida a través de su cuenta personal de Instagram.

“Esperé mucho para conocer a este cocodrilo del Nilo. Ten cuidado con lo que deseas. Estaba tan intimidado como fascinado”, escribió “Caveman” Alleva.

En el video del cuidador se observa de primera mano el peligroso acercamiento que tuvo con Henry, quien respondió con un rápido movimiento las intenciones de acercamiento de Alleva, quien calificó la experiencia como “asombrosa”.