Este es el animal africano que se asemeja a una gárgola, ¿por qué llama tanto la atención?

En los secos paisajes de África Occidental, entre la densa vegetación habita una criatura que parece sacada directamente de las páginas de un libro medieval.

Con una apariencia que recuerda a las gárgolas de las catedrales europeas, este ser de carne y hueso desafía las concepciones tradicionales de la fauna conocida.

Su existencia, confirmada por recientes hallazgos y avistamientos, ofrece un atisbo de la infinita diversidad y los secretos aún por descubrir en el continente africano.

El murciélago cabeza de martillo, conocido científicamente como Hypsignathus monstrosus, es la única especie de su género y el murciélago más grande de África, según la revista Muy Interesante.

Su nombre se debe a la peculiar y prominente forma de la cabeza de los machos, que es alargada y cuadrada. Esta característica evolucionó para amplificar y proyectar los fuertes sonidos que emiten durante el cortejo con el fin de impresionar a las hembras.

Este comportamiento, llamado lekking, consiste en que los machos se reúnen en ciertos lugares y atraen a las hembras con vocalizaciones que recuerdan el croar de varias ranas, de acuerdo con el artículo Desplazamiento asociado a Lek de un supuesto reservorio del Ebolavirus, el murciélago frugívoro cabeza de martillo (Hypsignathus monstrosus), en el norte de la República del Congo de científicos de la Sociedad para la Conservación de la Vida Silvestre.

“Cuando llega la época del apareamiento, los machos se congregan en áreas específicas del bosque para producir llamadas fuertes y resonantes que pueden transmitirse a grandes distancias, diseñadas para atraer a las hembras, que visitan el lugar para seleccionar una pareja en función de la destreza vocal de los machos. Es una de las particularidades que hacen única a esta criatura”, menciona la publicación.

Las hembras de esta especie son considerablemente más pequeñas que los machos, alcanzando sólo la mitad de su tamaño y peso. Mientras ellas miden alrededor de 20 centímetros de longitud, los machos llegan a medir hasta 28 centímetros.

Los machos se distinguen por su hocico en forma de martillo, grandes labios colgantes y ojos prominentes. Su peso varía entre los 200 y 450 gramos, y presentan un pelaje de tono marrón oscuro. Con sus alas completamente extendidas, pueden alcanzar una envergadura de hasta un metro.

Su dieta, que buscan de noche, consiste principalmente en frutas, como el plátano, los mangos o los higos, también pueden alimentarse muy ocasionalmente de aves.

La especie se encuentra en Sierra Leona hasta Kenia occidental, llegando por el sur a Angola y Zambia, también se cree que podrían habitar Etiopía y Gambia, sin embargo su presencia aún es dudosa.

Los murciélagos cumplen una función vital como dispersores de semillas, apoyando la regeneración y preservación de los bosques tropicales.

Al consumir frutas y esparcir las semillas a distancia de los árboles progenitores, promueven la diversidad vegetal y mejoran la salud del ecosistema forestal. Gracias a ello, se consideran esenciales para mantener el equilibrio ecológico y la biodiversidad en su hábitat natural.

Se calcula que los murciélagos polinizan al menos 500 especies pertenecientes a 96 géneros de plantas, desempeñando un papel fundamental como dispersores de polen. Su actividad contribuye directamente a la reproducción y a la estructura poblacional de estas especies, de acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México.

Sin embargo, estos murciélagos se enfrentan a la destrucción de su hábitat gracias a la deforestación y la expansión agrícola. Aún con esto en 2016 la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) la clasificó como una especie bajo preocupación menor.