El azor de Nueva Bretaña (Accipiter princeps) es un ave rapaz que figura en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como una especie vulnerable a la extinción que además es extremadamente rara y hasta inicios de 2024 jamás había sido fotografiada.
Es endémica de la isla de Nueva Bretaña, Papúa Nueva Guinea, los últimos registros documentados que existen datan de 1969 y son conservados en el Museo Americano de Historia Natural (Nueva York), según informaron a través de un comunicado miembros del World Wildlife Fund (WWF), organización internacional líder en conservación de vida silvestre.
Fue Tom Vierus, fotógrafo residente de Fiyi que viajó con WWF a Nueva Bretaña en marzo de este año, el encargado de inmortalizar con su cámara la primera imagen de esta ave tan esquiva.
La primera foto de un ave esquiva
Vierus capturó algunas fotografías de ciertas especies de aves mientras que algunos guías conducían a su grupo a través del bosque. El artista declaró no estar consciente de su importancia en aquel momento, sin embargo, dijo que “fue una gran sorpresa” enterarse de que su obra “parecía ser la primera de esta extraordinaria especie”.
“Es maravilloso ver cómo la fotografía de conservación puede ayudar a salvaguardar áreas al documentar la biodiversidad existente, además es un buen recordatorio de lo importante que es la narrativa visual”, detalló Vierus.
El artista también dijo esperar que aquella parte del mundo que, “en su mayoría” permanece inalterada, pueda en el futuro permanecer “lo más intacta posible”, todo con ayuda de las comunidades locales, “sus iniciativas de conservación y el apoyo de WWF”.
Oscar Pileng, oriundo de Pomio, distrito ubicado al este ed Nueva Bretaña y responsable de WWF en la región, identificó la fotografía y se puso en contacto con los habitantes locales, quienes confirmaron que encontrarse con esta ave es algo poco frecuente y que sus avistamientos suelen suceder en al interior y no en zonas costeras.
Residentes de la zona conocen a este esquivo pájaro como “keango” o “kulingapa”.
Pileng se sintió sorprendido por saber que esa era la “primera vez que se le fotografía”, pero a su vez se dijo “muy contento” de que ahora exista un registro oficial.
“Espero que esto ayude a que se hagan más esfuerzos para proteger su hábitat ante las amenazas a gran escala en torno a agricultura, tala, minería y desarrollo de infraestructura”, añadió el responsable de WWF.
Esfuerzos por la conservación de la biodiversidad
Martha Eimba, gerente del entorno de Pomio para WWF-Papúa Nueva Guinea, declaró que existen muy pocos estudios sobre biodiversidad en la isla de Nueva Bretaña y que existe un “potencial bastante alto” para descubrir especies que hasta ahora son desconocidas para la ciencia.
“Es una carrera para protegerlas debido a la presión que se avecina y la pobreza que es una realidad para muchos”, añadió Eimba. Actualmente la organización benéfica está estrechamente aliada con las comunidades para desarrollar programas integrales de conservación basados en los colectivos.
Expertos de WWF informaron que en Papúa Nueva Guinea se encuentra el “tercer bosque tropical inalterado más grande del mundo”, únicamente detrás de las cuencas del Amazonas y el Congo. Está dotado de más de 5.000 lagos, 8.000 kilómetros de manglares, lagunas, arrecifes de corales y atolones.
Se estima que donde el azor de Nueva Bretaña fue fotografiado, las montañas Nakanai, tienen entre 10.5 y 22.5 millones de años. Al mismo tiempo, esta zona está situada en un sitio provisional del Patrimonio Mundial de la UNESCO.