El fenómeno de los vídeos de gatos, que acumula miles de millones de vistas a diario, tiene un origen que pocos podrían anticipar, ya que ha trascendido el tiempo y la tecnología como ningún otro tipo de contenido viral.
Si bien hoy en día asociamos estas adorables y graciosas imágenes con plataformas digitales como YouTube, Instagram o TikTok, el primer video de gatos tiene sus raíces en los albores del cine, mucho antes de la era de internet.
Lejos de ser una tendencia exclusiva de las redes sociales y los memes, la fascinación por grabar a estos animales comenzó hace más de un siglo, en una época en la que las cámaras de cine apenas comenzaban a capturar el mundo en movimiento.
Cómo es este video
Este video dura 20 segundos y fue filmado en 1894 por Thomas Alva Edison, el inventor, científico y empresario estadounidense a quien se le atribuye la invención de la cámara de cine, el micrófono, el fonógrafo y tal vez su invento más famoso: la bombilla.
La pieza titulada Professor Welton´s Boxing Cats (Los gatos boxeadores del profesor Welton) muestran a un hombre observando una pelea entre los dos animales. Los félidos tienen arneses en la zona del pecho que rodea sus patas delanteras, además de pequeños guantes de boxeo que se adaptan a sus patas.
En el video, que está a blanco y negro, se muestra que los felinos llevan a cabo la “pelea” en un pequeño ring, donde se tocan el cuerpo y la cara, además de tratar de moderderse el uno al otro.
El video fue grabado en julio de 1984 en el Black Maria Studio, recinto que es considerado como el primer estudio de producción cinematográfica del mundo. En este lugar se preparó el material y las demostraciones del ‘kinetoscopio’, el precursor del proyector moderno de cine, una idea de Edison desarrollada por su colaborador William Kennedy Laurie Dickson, de acuerdo con SINC, medio de comunicación de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología.
Por qué los videos de gatos son tan virales
En el estudio Who Watches Internet Cats? Why and to What Effect? (Quién ve gatos en internet, ¿por qué? y ¿para qué?), Jessica Gall Myrick buscó relacionar nuestro tiempo en la red viendo videos de gatos con la búsqueda de emociones, la autorregulación y la procrastinación.
Una característica de estos contenidos es que los usuarios que se encuentran con videos de gatos no entraron a internet específicamente para buscarlos. “Estos contenidos son inútiles y constituyen una pérdida de tiempo”, menciona Myrick.
El estudio, que se llevó a cabo con la participación de 6,795 voluntarios, tenía como objetivo evaluar el tiempo que pasaban en internet y la satisfacción emocional que experimentaban en diferentes momentos, según un artículo de la revista Hola!.
Los resultados mostraron que no todos perciben las imágenes de gatos de la misma manera; existen algunas tipologías de personas más afines a estas imágenes que otras, independientemente de si tienen mascota o no.
Según el estudio, tanto las personas que tienden a procrastinar como aquellas que sienten una necesidad emocional irreprimible de satisfacer cierta felicidad inmediata debido a que se sienten insatisfechas, son las más propensas a aceptar los videos y fotos de gatos.
Además, mientras observamos estos virales contenidos, liberamos una hormona llamada oxitocina, que está encargada de generar lazos emocionales. Ver gatos y segregar oxitocina es un acto reflejo que fomenta la empatía, nos calma y genera un sentimiento de felicidad automático.