El mundo está de luto tras la muerte de Rosie, una gata carey de 32 años que sorprendió a miles con su longevidad. Cruzó el puente del arcoíris en su hogar de Norwich, Inglaterra. Junto a ella siempre estuvo su dueña, Lila Brissett, una mujer de 73 años.
Era conocida por ostentar el récord no oficial del gato más viejo del mundo y recientemente celebró su cumpleaños número 32 en junio de este año. Brissett recordó el momento en que la mascota se fue para siempre durante una entrevista con el medio local Norwich Evening News.
La septuagenaria contó que Rosie “no estaba muy bien” y que un día normal, “simplemente” caminó por el pasillo de su hogar, “se acostó y falleció”.
La triste despedida de Rosie
Brissett dijo que extrañaba mucho a quien fuera su compañera desde la década de 1990, cuando la adoptó. “Aunque tengo muchos buenos recuerdos y estoy feliz de haber pasado tiempo juntos”, añadió.
Su historia comenzó en 1991, luego de que Brisset la encontrara en un refugio para gatos local. Había sido entregada al albergue después de que sus anteriores dueños descubrieran que la menor de la familia era alérgica a los felinos domésticos, de acuerdo con reportes del periódico británico The Sun.
A la mujer le gustaba darle segundas oportunidades a los animales rescatados, como lo hizo anteriormente con un perro callejero y un gato maltratado.
Desde entonces se hicieron grandes amigas y Rosie, quien vivió hasta el equivalente a 152 años humanos, iluminó la mitad de la vida de Brissett con sus aventuras.
Aunque ostentaba el título no oficial del gato más viejo del mundo, Brissett aseguró para el Norwich Evening News que se puso en contacto con Guinness World Records en 2022 para ver si Rosie superaba las marcas. En aquel entonces se llevó una decepción cuando le respondieron que existía un felino de Oxford que tenía 34 años y uno habitante de Estados Unidos que rozaba los 38.
Un año después del cumpleaños número 32 de Rosie, una portavoz del Guinness World Records se acercó a su dueña para animarla a que enviara una solicitud con el objetivo de que un equipo de funcionarios evaluaran la edad de la mascota para ver si podía entrar a los libros de récords.
Al final Brissett decidió no enviar una solicitud al libro de récords, por lo que su título siempre fue simbólico.
Reportes de The Sun señalan que Rosie solía vivir una vida muy tranquila y cómoda, a la gata le gustaba dormir junto a la ventana todo el día y disfrutar de los rayos de sol que entraban a su hogar.
Durante una entrevista en años anteriores, Brissett habló sobre el momento en que se tendría que separar de Rosie. En aquel entonces dijo que la extrañaría cuando se vaya, “pero nunca permitiré que la dejen en paz”.
Aseguró que cuando tomaba sus plácidas siestas, “a menudo” tenía que “comprobar si todavía estaba viva y respirando” y que le preocupaba pensar en “el día en que cruce el puente del arcoíris”, pues “dejará un gran vacío”.
¿Quién es el más viejo del mundo?
Quien actualmente posee el récord por el gato vivo más viejo del mundo es Flossie, un felino doméstico de 27 años, habitante de Orpington, Gran Londres, mientras que Creme Puff, oriundo de Austin, Texas, es el más viejo jamás conocido.