Gatos, estatuas y museos: cómo Kuching se convirtió en una ciudad obsesionada con los felinos

En la ciudad hay estatuas, esculturas y hasta un museo dedicado a los gatos, siendo un fiel testigo del amor que sienten sus habitantes por estos animales domésticos

Existe la creencia de que el nombre de la ciudad significa gato en malayo. (Wikimedia)

Aunque la isla de Borneo, es conocida por sus famosos orangutanes, en el extremo suroeste del estado de Sarawak, se encuentra la ciudad de Kuching, un lugar que honra y ama con locura a los gatos. Es la capital del estado desde 1841, cuando le fue cedida al soldado británico James Brooke, conocido también como el primer “raj blanco” de la localidad.

Existen muchas teorías que rodean el origen del nombre de la ciudad, una de ellas explica que proviene de la palabra “gato” en malayo, sin embargo, sus raíces se remontan al puesto comercial construido por los familiares de Brooke, de acuerdo con un artículo del periodico británico The Guardian.

En la actualidad, esta ciudad se ha convertido en un destino turístico gracias al increíble amor que tienen sus habitantes por los gatos, siendo un tema de conversación en redes sociales gracias a las innumerables fotografías y videos que se comparten a través de las diversas plataformas.

El enorme amor por los gatos

En cada esquina se hace evidente el amor por los gatos de la ciudad.

Una de las historias que, según el sitio oficial de turismo de la ciudad, explican el origen de su nombre, relata que en 1839 Brooke señaló un lugar y preguntó por su ubicación, los lugareños le respondieron “Kuching”, pues pensaron que el soldado se refería a un gato que pasaba por el lugar.

Otra de las teorías señala que la icónica ciudad recibió su nombre gracias a una fruta típica de la localidad llamada Mata Kucing, es decir, “ojo de gato”.

Sin importar el origen del nombre de la ciudad o si fue inspirado por los gatos, es innegable que al día de hoy los habitantes sienten un gran aprecio y admiración por los felinos domésticos. A lo largo y ancho de la ciudad se pueden encontrar estatuas que honran la vida de estos seres sintientes que se convirtieron en una visita obligada para aquellos que acudan a la isla.

Cada uno de estos sitios cuenta una historia y tienen significados únicos, no obstante, la más popular de todas es la que se erige en mitad de la calle Padungan. El gato protagonista de este sitio suele cambiar de atuendo dependiendo de la ocasión. Incluso estuvo a la moda durante la pandemia por COVID-19, cuando portó un cubrebocas (o barbijo) gigante.

Estos animales son tan importantes para la cultura local que incluso el emblema de la ciudad retrata orgullosamente a un gato blanco.

Aquellas personas que se dirijan al oeste por la carretera de Padungan podrán encontrarse con un sitio turístico que muestra el escudo de la ciudad sobre un pilar de piedra tallada. A sus pies hay cuatro gatos blancos con sus patas levantadas.

Un museo dedicado a los gatos

Incluso cuentan con un museo que honra la vida de los felinos de la ciudad. (Wikimedia)

De igual manera, en la calle Tunku Abdul Rahman, se ubica una escultura felina. El sitio retrata la vida familiar de siete cachorros que juguetean a los pies de sus padres, quienes se erigen imponentes clavando su mirada hacia el horizonte.

Kuching no sería la ciudad de los gatos por excelencia si no contara con un museo dedicado a estas mascotas. El edificio, cuya entrada está custodiada por un felino gigante, alberga un sinfín de información sobre los gatos de la ciudad y es un punto de inicio excelente para los visitantes que deseen desentrañar la historia de este icónico lugar turístico.

Amir, un trabajador del Museo del Gato, contó durante una entrevista para la BBC en 2022 que la “obsesión” de la ciudad por estos animales “surge realmente de su nombre”, haciendo clara referencia a la leyenda que cuenta que Kuching proviene de la palabra “kucing”, que significa gato en idioma malayo.