En las sociedades humanas existen diferentes lenguajes, sin embargo, no es una característica específica de nuestra especie. Existen animales como los loros de nuca amarilla (Amazona auropalliata) que también pueden tener múltiples dialectos dependiendo de la zona geográfica en que nacieron y esto puede ser algo positivo.
Gracias a un estudio publicado recientemente en la revista científica Proceedings of the Royal Society B y llevado a cabo por investigadores de las universidades de Pittsburgh y la estatal de Nuevo México, ambas en Estados Unidos, se demostró una diferencia significativa en los llamados de la especie.
Durante un período de 22 años, los especialistas a cargo de Christine Dahlin de Pitt-Johnstown, investigaron a los loros de nuca amarilla que vivían en un área de distribución natural en Costa Rica. Cada vez que regresaban, con muchos años de diferencia, notaban cambios en la estructura acústica de los cantos de la especie.
Podrían ser una adaptación positiva
Según se informó a través de un comunicado, las investigaciones comenzaron en 1994, cuando los científicos notaron tres tipos de “contacto acústicos” diferentes a los que denominaron como “norte, sur y nicaragüense” que eran utilizados por los loros dependiendo de la zona en que nacieron.
Esta especie es conocida por utilizar una gran variedad de llamadas que aprenden de otros miembros de su entorno familiar, las de “contacto” suelen ser las más comunes y también son aquellas que muestran las diferencias geográficas de los dialectos.
En 2005 volvieron a visitar su área de estudio para descubrir que la estructura acústica y los “límites dialectales” no cambiaron prácticamente nada, la sorpresa llegó 11 años después.
A lo largo de 2016 descubrieron que existían muchas “aves bilingües” en el norte que eran capaces de producir dos acentos, incluido el del “sur”, durante ese período las poblaciones se redujeron enormemente al grado de que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) elevó el estado de la especie a “En peligro crítico” de extinción.
Sugirieron que dichos cambios “culturales” podrían ser la representación de algunas respuestas adaptativas a la reducción del tamaño de los grupos y los patrones de asociación social.
Aunque aseguraron que es necesario que se realicen investigaciones nuevas para conocer la causa exacta de los cambios culturales, sus hallazgos aportan argumentos a la relevancia de los estudios a largo plazo para entender la evolución de la cultura en las poblaciones animales y lo que contribuye a su evolución.
“Su trabajo muestra cómo la capacidad de aprendizaje vocal de los loros puede cumplir una función adaptativa en la naturaleza”, aseguraron en el comunicado.
Lo anterior podría significar un gran beneficio para la supervivencia de la especie debido a que las aves que escapan de un área en peligro se pueden incluir a un grupo completamente diferente y perpetuar su población.
“Estos resultados sugieren que las tradiciones culturales, como los dialectos, pueden cambiar en respuesta a las condiciones demográficas y ambientales, con amplias implicaciones para las especies amenazadas” redactaron en el estudio publicado en Proceedings of the Royal Society B.
Una especie vocal y en peligro
Entre las amenazas que afectan a las poblaciones de loros de nuca amarilla se encuentran la degradación de su hábitat, impulsada principalmente por la agricultura y la captura para el comercio de especies silvestres nacional e internacional, de acuerdo con los especialistas de la UICN.
Estas aves son consideradas como una de las psitácidas más buscadas por los comerciantes (ilegales) de mascotas de Centroamérica. Expertos de la organización internacional explican que esto puede deberse a la capacidad vocal de la especie y detallan que en la década de 1990 casi el 100% de sus nidos conocidos en el sur de Guatemala fueron cazados furtivamente.