Keb: la leyenda de la golden retriever que dejó un legado imborrable en la búsqueda y rescate

La perra se destacó como buscadora de víctimas y restos humanos. Participó en uno de los desastres naturales más grandes de Washington y su olfato ayudó a cerrar casos que llevaban años sin resolverse

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Keb se destacó como una perra buscadora de víctimas y restos humanos. (Facebook/A Dog's Devotion)
Keb se destacó como una perra buscadora de víctimas y restos humanos. (Facebook/A Dog's Devotion)

Keb fue una golden retriever con una energía inagotable, siempre se caracterizó por su valentía, coraje y capacidades sin igual. Se convirtió en una perra de rastreo aéreo con tan sólo un par de años, especializándose en búsqueda y rescate de personas vivas, sin embargo, estaba lejos de sacar a relucir su verdadero potencial.

Aunque era muy buena rastreando el aroma de las personas desaparecidas, poco tiempo después Keb fue entrenada para convertirse en un perro de detección de restos humanos, mejor conocidos como HRD o “human remains detections dog”.

Su destacada labor rápidamente la convirtió en un activo canino indispensable en el rastreo de áreas silvestres, durante rescates en avalanchas y como primera respuesta en caso de desastres, según contó su manejadora Suzanne Elshult en entrevista con American Humane, asociación organizadora del Hero Dog Award, reconocido premio canino.

Keb y su valiente olfato

En 2014 apoyaron las labores de búsqueda en uno de los desastres más grandes de Washington.
En 2014 apoyaron las labores de búsqueda en uno de los desastres más grandes de Washington.

Cuando únicamente trabajaba como perra detectora de víctimas vivas, Keb fue desplegada en múltiples ocasiones en el área de cascadas de Washington, Estados Unidos.

Hasta el momento de la entrevista con American Humane para la nominación al Hero Dog Award, la canina había participado en hasta 100 misiones junto a su manejadora.

Una de las misiones más importantes de su carrera tuvo lugar en 2014, cuando fue desplegada durante un período de entre dos semanas a un mes en el deslizamiento de tierra de OSO, al que Elshult calificó como “uno de los desastres más grandes del estado de Washington”.

Aquel desastre natural cobró la vida de 43 personas, la golden retriever se encargó de encontrar a tres de esas víctimas. También ofrecieron sus servicios en misiones en los campos de nieve del Monte Rainier e incluso ayudaron a resolver crímenes que llevaban años sin respuesta gracias a que encontraron huesos y restos humanos.

Pronto su gran olfato y disciplina la hicieron destacar en las labores de búsqueda.
Pronto su gran olfato y disciplina la hicieron destacar en las labores de búsqueda.

Su labor llevó al binomio canino a encontrar tumbas clandestinas de personas que fueron víctimas de asesinatos y han respondido a llamados en los terrenos más inhóspitos, incluidas selvas tropicales, escarpadas montañas y zonas donde reinan la humedad y el frío.

Keb se encargó también de barrer zonas urbanas valiéndose de su olfato para encontrar personas sin hogar sin importar las condiciones o que los lugares estuvieran repletos con agujas para drogas.

La gran capacidad de la canina cruzó las fronteras de su país, prestando servicio en lugares tan lejanos como Escandinavia, donde ayudó a resolver un caso de 18 meses de antigüedad.

“El hecho de ver las tragedias, conocer a las familias de las víctimas y ser capaz de trabajar con mi perro para encontrar las respuestas necesarias me hizo una mejor persona”, admitió Elshult.

La manejadora canina dijo que Keb dedicó su vida entera a las labores de búsqueda y rescate, por lo que no podría imaginarse cómo sería no estar al lado de la mascota, a quien consideró como “parte integral” de quien es ahora.

El fin de una vida de servicio

Gracias a sus habilidades se resolvieron múltiples casos que llevaban meses, o años, sin respuesta.
Gracias a sus habilidades se resolvieron múltiples casos que llevaban meses, o años, sin respuesta.

Keb, con su incansable trabajo, fue acreedora a una nominación al Hero Dog Award en 2022, trasladando su historia a lugares aún más lejanos. Aunque no se llevó el premio, compartió su legado con miles de personas de EEUU y todo el mundo.

El final de su carrera tuvo lugar a mediados de 2024, cuando cruzó el puente del arcoíris, según informó su manejadora con un desgarrador mensaje compartido en redes sociales.

“Dejaste un gran agujero en mi corazón, el dolor viene en oleadas. A veces insoportable y en ocasiones como recuerdos y sonrisas [...] Me hiciste una mejor persona”, escribió Elshult en la publicación de Facebook con la que dio a conocer la muerte de Keb el 18 de mayo.

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