Éste es el animal terrestre más rápido del planeta; supera los 100 km por hora en un par de segundos

Su cuerpo está completamente adaptado para la velocidad, desde su estructura ósea hasta la punta de las patas, sin embargo, su rapidez le pasa factura

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Son capaces de alcanzar velocidades
Son capaces de alcanzar velocidades de más de 100 kilómetros por hora en un par de segundos. (REUTERS/Siphiwe Sibeko/File Photo)

Liebres, avestruces, vencejos y gacelas son animales que tienen una característica en común: son animales capaces de alcanzar grandes velocidades en poco tiempo, sin embargo, no ocupan el trono del ser sintiente terrestre más veloz del planeta, pero, ¿quién se lleva el título?.

La respuesta es simple: el guepardo (Acinonyx jubatus), felino habitante de gran parte de África que, según reportes de la revista National Geographic, son capaces de acelerar de 0 a 100 kilómetros por hora en únicamente tres segundos o menos, lo que lo convierte en el animal terrestre más rápido que existe.

Su velocidad no es más que una adaptación para alcanzar a sus presas, especialmente a las gacelas de Thomson, un antílope que puede mantener carreras de entre 80 y 90 kilómetros por hora.

¿Cuál es el animal terrestre más veloz?

Son animales considerados vulnerables a
Son animales considerados vulnerables a la extinción y figuran en la Lista Roja de la UICN. (REUTERS/Thomas Mukoya/File Photo)

Actualmente estos felinos figuran dentro de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y son considerados como una especie vulnerable a la extinción debido a diversas amenazas, entre las que se encuentran la expansión de la mancha urbana hacia sus hábitats naturales y la cacería furtiva.

NatGeo reporta que actualmente existen menos de 7.000 ejemplares salvajes viviendo en la naturaleza.

Según especialistas del Smithsonian National Zoo & Conservation Biology Institute de Estados Unidos, los guepardos están “diseñados aerodinámicamente para la velocidad” y son capaces de recorrer siete metros por zancada y acelerar de cero a 72 kilómetros por hora en únicamente 2.5 segundos.

Sus patas también están adecuadas para aportar a la inigualable carrera de los guepardos; sus almohadillas, así como las garras semi retráctiles les ayudan proporcionando gran tracción.

Las fosas nasales y grandes pulmones ayudan a que respiren con mayor facilidad y que entre una cantidad mayor de aire mientras corren con sus presas en el hocico, mientras que su hígado, corazón y glándula suprarrenal de mayor tamaño al promedio les ayudan a tener una respuesta física rápida.

Sus clavículas pequeñas y omóplatos verticales que no se unen a esta estructura ósea, en conjunto con una cadera colocada sobre una columna vertebral flexible, en conjunto con una cola que sirve para contrarrestar su peso corporal, completan el esqueleto aerodinámico y ágil que le ayuda al guepardo a tener zancadas superiores.

No todo son beneficios cuando se habla de las adaptaciones que mejoran su velocidad y carrera, pues las grandes fosas nasales requeridas para que ingrese una mayor cantidad de aire cobran un precio al reducir el espacio disponible para que existan raíces que sujeten dientes de tamaño considerable.

Al tener dientes más pequeños que los otros felinos, su capacidad lucha se reduce enormemente, por eso, de acuerdo con especialistas del Smithsonian’s National Zoo & Conservation Biology Institute, son superados por otros animales más grandes y fuertes como los leones.

No son el animal más rápido del reino animal

El halcón ostenta el récord
El halcón ostenta el récord por ser el animal más rápido del mundo. (Wikimedia)

Al hablar de velocidad, los guepardos son los animales terrestres más rápidos, sin embargo, existe un ser emplumado que supera con creces su récord.

El halcón peregrino (Falco peregrinus) es un ave capaz de lanzarse en picada a velocidades que alcanzan una cifra terminal de aproximadamente 320 kilómetros por hora, lo que les valió un Récord Guinness.

Autoridades del libro de récords aseguran que Frightful, un halcón peregrino propiedad del aviador Ken Franklin de Estados Unidos, fue cronometrado y alcanzó una velocidad de 389.46 kilómetros por hora mientras caía en picada desde una altura de 4.8 kilómetros.

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